La ciudad autónoma de Melilla sufrió ayer diversas inundaciones a consecuencia de las fuertes lluvias registradas en las últimas horas, que causaron el desbordamiento del río de Oro, cuyo cauce atraviesa la ciudad a lo largo de 8 kilómetros y que se estabilizó durante la tarde de ayer.

Los más de 110 litros por metro cuadrado que se han registrado en Melilla obligaron a cerrar el tráfico marítimo, aéreo y los puestos fronterizos durante todo el día, aunque al final de la jornada se habían restablecido y el aeropuerto podía operar algunos vuelos con la península.

Por su parte, la compañía Acciona Trasmediterránea, encargada de cubrir las líneas marítimas entre Melilla y la península, había cancelado las conexiones con Málaga y Almería, aunque al cierre de esta edición quedaba confirmado que el J.J. Sister de las 23:00 se dirigiría desde la capital malagueña al puerto melillense.

Como consecuencia de los daños originados, el Gobierno de Melilla, según anunció su presidente, Juan José Imbroda, se plantea solicitar al Ejecutivo central la declaración de zona catastrófica, una decisión que tomarán una vez que se hayan evaluado los efectos causados por el temporal, que han sido sólo materiales.

El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, subrayó ayer que la situación "se está normalizando", y explicó que el caudal del río de Oro alcanzó hasta los 600 metros cúbicos por segundo, una cantidad de agua muy elevada que, sin embargo, soportaron los muros de contención, pese a que se temía que cedieran.

La valla perimetral que separa la ciudad de Marruecos también se vio afectada por las lluvias, ya que alrededor de 50 metros quedaron dañados en la zona próxima al aeropuerto y al puesto fronterizo de Barrio Chino, donde se colocaron elementos provisionales y se reforzó el número de agentes para evitar que se produzcan intentos de entradas de inmigrantes.