Sociedad

Mueren 1.500 personas menos al año desde que se aprobó la Ley Antitabaco

  • El estudio de la Sociedad Española de Epidemiología concluye que la norma de 2005 no ha tenido un impacto negativo en el sector de la hostelería.

La mortalidad por tabaquismo se ha reducido en 1.500 personas al año en España desde que se aprobó la ley de medidas sanitarias contra tabaco el pasado 2005, según el estudio que ha presentado la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

"Estamos convencidos de que la ley ha ayudado a reducir la mortalidad, aunque el consumo de tabaco ya estaba bajando antes de que se aprobara esta normativa, por lo que estimamos que unas 900 muertes se habrían evitado igualmente y unas 600 son resultado directo de la legislación de 2005", ha dicho en rueda de prensa uno de los coordinadores del grupo de trabajo sobre tabaquismo de la SEE, Manel Nebot. El otro coordinador, Esteve Fernández, ha añadido que estos datos son "conservadores" porque "están basados sólo en las muertes por infarto de miocardio y cáncer de pulmón, cuando hay muchas otras enfermedades asociadas al tabaco".

El estudio también concluye que "la ley de 2005 no ha tenido un impacto negativo en el sector de la hostelería, ni en el número de personas ocupadas ni en el volumen de ventas", por lo que Nebot cree que los argumentos contra el endurecimiento de la ley por razones económicas son "artificiales".

Entre las conclusiones del informe cabe destacar que la ley que prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y en algunos bares y restaurantes no ha ocasionado cambios significativos en el consumo de tabaco, que ha seguido reduciéndose al mismo ritmo que antes del 2005. Concretamente, el consumo de tabaco se reduce anualmente una media del 2,2 por ciento entre los hombres y un 2,9 por ciento entre las mujeres desde 1987.

"Es posible que los fumadores hayan reducido el número de cigarrillos diarios desde la aprobación de la ley, pero la cifra no es significativa", ha aclarado Manel Nebot, que ha asegurado que la lucha contra el tabaquismo requiere que las medidas legislativas vayan acompañadas de campañas de sensibilización y programas de ayuda para dejar de fumar. Mucho más significativa resulta la cifra de exposición al humo ambiental del tabaco entre la población en general, que se ha reducido del 50 por ciento al 20 por ciento desde el 2005. Los niveles de exposición han bajado en todos los ámbitos analizados, es decir las viviendas particulares, el trabajo y los espacios dedicados al tiempo libre. En consecuencia, "la mayor parte de las defunciones evitadas gracias a la ley antitabaco las encontramos entre los fumadores pasivos", según Esteve Fernández.

Asimismo, entre los trabajadores de los bares y restaurantes que han pasado de trabajar con humo a trabajar sin humo "el resultado ha sido espectacular", porque "ya disponemos de datos que demuestran que se han reducido los problemas respiratorios entre este colectivo". No obstante, Fernández ha recordado que "sólo está prohibido fumar en un 15 por ciento de los bares y restaurantes", por lo que muchos camareros y trabajadores de la hostelería siguen expuestos al humo ambiental.

Además, el nivel de aplicación de la ley es muy desigual, como demuestra que en Andalucía se hayan hecho poco más de 10.000 inspecciones para obligar al cumplimiento de la regulación, mientras que en Cataluña se han superado las 30.000 inspecciones.

Los autores del estudio han defendido el endurecimiento de la ley y han estimado que si se dejara de fumar en todos los bares y restaurantes de España "se podrían evitar mil muertes entre el colectivo de trabajadores del sector de la hostelería, que en España son un millón de personas", según Nebot. En este sentido, Nebot está convencido de que esta prohibición no perjudicaría económicamente al sector de la hostelería, "como demuestran los estudios realizados en países donde ya se aplica esta prohibición". Por último, el estudio de la SEE señala que la aceptación de la ley de 2005 entre la población es "buena" y ha ido mejorando en los últimos cuatro años hasta situarse en un 70 por ciento de aceptación entre los no fumadores y un 50 por ciento entre los fumadores.

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