El grupo anarquista Mateo Morral explica en el comunicado en el que se atribuye la colocación de un artefacto en El Pilar que no quiso dañar a feligreses o turistas, motivo por el que avisó de su acción, pero advierte que "estandartes fascistas como éste no son y jamás serán lugares seguros".

El comunicado del denominado Comando Insurreccional Mateo Morral, que ya asumió el pasado mes de febrero la colocación de un artefacto en la catedral de La Almudena de Madrid, se ha publicado en varias páginas de información alternativa, entre ellas Contra Info. Red Traductora de Contrainformación. En el texto reconoce que sobre 13:15 horas sus miembros colocaron en la basílica del Pilar de Zaragoza "un artefacto explosivo compuesto por una bombona de gas butano relleno con dos kilos de pólvora negra, más un sistema de relojería para su activación".

"Esta acción no tuvo la intención de dañar a feligreses o turistas, es por eso que dimos aviso a la prensa escrita El Periódico (Zaragoza) y El Heraldo, y también a la Basílica del Pilar con diez minutos de antelación a su detonación para que pudieran desalojar el templo", asegura. No obstante, el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, ha desmentido que se hubieran producido esas advertencias, así como los propios periódicos en sus páginas web. El supuesto comando precisa que "esta acción pretende advertir a sus concurrentes que estandartes fascistas como éste no son y jamás serán lugares seguros". En su opinión, la basílica zaragozana "es uno de los templos significativos para los detentadores del poder" y "se erige como uno de los principales símbolos y punto de encuentro del fascismo", ya que en su interior "cuelgan como verdaderos trofeos las banderas de todos los Estados que dominan el territorio latinoamericano".

La Policía Nacional apuntó desde un primer momento que el artefacto pudo haber sido colocado por radicales de extrema izquierda. Unas horas después de la explosión, que causó daños en varios bancos de la basílica pero no heridos, los investigadores determinaron que los autores podrían ser integrantes de grupos anarquistas con conexiones con otras organizaciones de este tipo italianas.