Sociedad

La ayuda humanitaria arrincona poco a poco al caos en Filipinas

  • El Gobierno garantiza suministros en las próximas horas mientras los saqueos continúan en Leyte.

El Gobierno filipino se defendió ayer de las críticas recibidas por la lentitud con la que está haciendo llegar la ayuda humanitaria a las víctimas del tifón Haiyan y, tras reconocer que se ha visto superado por el desastre, garantizó la disponibilidad masiva de suministros en las próximas horas.

El Ejecutivo, que el miércoles admitió la "pesadilla logística" en que se ha convertido la gestión del desastre, consiguió restablecer la mayoría de comunicaciones por carretera y por mar, y aumentar la capacidad de transporte por vía aérea, que se efectúa a través de los aeropuertos de Cebú y Guiuan.

"Estamos en condiciones de garantizar que la distribución (de ayuda) alcance a todos los municipios de Leyte", dijo el secretario de la Oficina de Comunicaciones de la Presidencia, Herminio Coloma. "El sistema está claro. Lo que pasa es que las necesidades son enormes. Debido a la fuerza del tifón, los preparativos, aunque fueran masivos, no sirvieron de nada", dijo el secretario del Interior, Manuel Roxas, a Radio Inquirer.

El subsecretario del Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres, Eduardo del Rosario, dijo que las autoridades han puesto en marcha una distribución masiva de material a través de agencias nacionales debido al colapso de los gobiernos locales, mermados por las pérdidas sufridas de materiales y de personal. El secretario de Defensa filipino, Voltaire Gazmin, calificó de "injustas" las críticas y contestó al canal ANC que "los materiales de ayuda llegaron el sábado, inmediatamente después del tifón. ¿Le parece esto lento?".

Pese a la tranquilidad oficial, en Tacloban, capital de la arrasada provincia de Leyte, al ponerse el sol comienzan a oírse los disparos de pandillas que saquean casas y tiendas de toda la región en busca de comida, agua y otros bienes. Tras el paso del tifón, el Gobierno filipino impuso el pasado lunes el toque de queda, desde las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana, y ha reforzado hasta alcanzar 2.000 efectivos el personal para mantener la seguridad de la zona que fue devastada hace seis días por Haiyan.

En algunas zonas de la provincia, especialmente las más remotas y donde aún no ha llegado la ayuda, la situación es de completa anarquía. Alrededor de un centenar de supervivientes invadieron una gasolinera para extraer el combustible litro a litro ayudados por botellas de plástico cortadas por la mitad y amarradas a uno de los extremos de largas varas de bambú. "Algunos saqueos no son criminalidad. Son supervivencia", matiza el administrador de Tacloban, Tecson John Lim.

Entretanto, siete españoles (cuatro residentes y tres turistas) continúan sin ser localizados. Al país ya ha llegado el primero de los tres aviones que envía España con ayuda humanitaria para atender a los damnificados.

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