Dices Domi del Postigo y estás diciendo Málaga. Domi del Postigo es, entre otros centenares de ocupaciones, la voz en off que ha dado paso al escenario del Teatro Cervantes a los invitados de los 20 Festivales de Cine celebrados hasta la fecha que debían hacer acto de presencia cualquiera de las galas que allí se celebran.

Del 13 al 22 de abril se celebrará la edición número 21, y para hablar de ella Pepa Fernández lo eligió como invitado en el último No es un día cualquiera celebrado en la ciudad malacitana. Un programa al que le queda muy poco para cumplir también sus veinte años de vida.

Menudo gozo para el escuchante que habita en mí asistir a la conversación entre ambos comunicadores. Distintos. Auténticos. Vocacionales. Entregados. De esas personas que desde muy pequeñas supieron muy bien que no podían dedicarse a otra cosa.

Siempre se ha dicho que no hay suerte comparable en la vida (amén de tener salud) que la de trabajar en aquello que te gusta. Un aserto que han cumplido a pie juntillas mis queridos Domi y Pepa, todavía tan jóvenes, y con tantos lustros de micrófonos a sus espaldas. Imagino a Pepa Fernández en su viaje de regreso de Málaga después de los dos días y diez horas de programa frenético. ¿Cómo medir su satisfacción? ¿Su gradiente de felicidad? Puedo hacerme una idea remota teniendo en cuenta que yo tampoco soy malagueño. Por lo que puedo sentir el chisporroteo en el alma cada vez que vuelvo a esta bendita tierra. Cada vez que soy acogido, me atrevo a decir que adoptado por los malagueños.

Nunca olvidaré las palabras que me dedicó Domi del Postigo cuando nos reencontramos en el Cervantes la pasada primavera. "Antonio, verte en el Festival me transmite sensación de normalidad". Pocas veces he escuchado algo tan bonito. Si acaso, en la radio de No es un día cualquiera.