TV-Comunicación

Sherlock y la Blackberry

  • Antena 3 estrena, por fin, la revisión de la BBC del célebre detective de Doyle, adaptado al siglo XXI.

El detective más famoso de todos los tiempos llega a Antena 3. No hay que haberse leído las obras de Arthur Conan Doyle para saber de quién estamos hablando. Todos recordamos a Sherlock Holmes con gorro, capa y fumando pipa. Actualmente es ver una capa y pensar directamente en Ramón García, así que la imagen estaba ya un poco anticuada.

¿Qué habría que hacer para que las historias de Doyle volvieran a calar en el espectador? Entre tanto CSI, Mentes Criminales, Bones… Parecía que la BBC lo tendría difícil a la hora de sorprender con una historia del investigador. Pero empieza el capítulo y vemos a un Holmes en pleno siglo XXI. La manera perfecta de descubrir al personaje a una nueva audiencia.

El Sherlock actual sigue siendo un genio excéntrico, toca el violín y usa la deducción de manera magistral para resolver misterios. Pero Holmes ha evolucionado como lo ha hecho la sociedad. Él también se ha visto afectado por el avance de las nuevas tecnologías y a pesar de que no estamos ante la técnica de CSI, estas escenas sirven más que nada para dar algunos toques cómicos o mostrar lo tocapelotas que puede ser el detective. Sherlock se aburre tanto que sólo acepta casos que le suponen desafíos para su prestigiosa mente. Aunque su ayuda no es bien recibida en el entorno policial. Más de uno sospecha que el excéntrico de Holmes acabará convirtiéndose en un asesino.

Tampoco es que este haga muchos esfuerzos en crear amistades. La gente le parece tonta y no se reprime en decirlo a la cara. Si encima le caes un poco mal, se dedica a comentar las infidelidades y secretos que crees tener mejor guardados y que desvela con una simple mirada al cuello de una camisa.

¿Quién es capaz de entender o aguantar a alguien así? Extrañamente las hay. El jefe de policía Lestrade ya se ha acostumbrado a necesitar la opinión experta de Sherlock y ha aprendido a entenderse con él. La señora Hudson, que regenta la famosa vivienda 221 B de Baker Street donde vive Sherlock, es otra de ellas, esta incluso cuida de él aunque este no pare de darle disgustos. Y es que cuando no tiene nada que hacer se dedica a meter tiros a la pared.

El perfecto entendedor es Watson, un médico que ha regresado de luchar en Afganistán y tiene problemas para regresar a la rutina. Ambos encuentran que sus personalidades aunque opuestas, se complementan perfectamente y que pueden beneficiarse de esta extraña amistad.

Los geniales personajes e historias de Steven Moffat y Mark Gatiss enganchan tanto que la hora y media que dura cada episodio, se pasa volando. Tampoco hay que asustarse que lo mismo suelen durar las series españolas. Aunque Sherlock sí que juega con algo a su favor y es que cada temporada tan sólo consta de tres episodios, así que no supone mucha inversión de tiempo.

Sin lugar a duda una de los grandes platos fuertes de esta producción son sus protagonistas. Benedict Cumberbatch (Expiación) se apodera de Sherlock, lo hace suyo y real. Y Martin Freeman (El Hobbit) hace creíble a Watson. Ambos mantienen esa química especial que dará lugar a algún malentendido. Hoy, en Antena 3.

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