En Televisión Española quieren lavar el nombre de Dolores Vázquez, declarada culpable del asesinato de Rocío Wanninkhof, y posteriormente excarcelada tras probarse su inocencia. Y quieren hacerlo con una miniserie de dos capítulos. Una labor que tiene convencidos al director de los canales públicos, Javier Pons; a los creadores del trabajo, Pedro Costa y Fernando Cámara; y a muchos de los actores que encabezan el reparto: Luisa Martín, Juanjo Puigcorbé y Frank Feys.
Esta noche comienza el primer episodio. A las diez. En él se ve cómo Rocío, de 18 años, se despide de su novio tras pasar la tarde juntos y vuelven a quedar para ir a la Feria de Fuengirola, por la noche. Pero nadie vuelve a ver a Rocío después de aquel 9 de octubre de 1999. Veinticuatro días después, unos trabajadores que limpian un descampado encuentran un cadáver en muy mal estado. Es Rocío. La guardia civil investiga el caso, todo apunta a que el asesino es alguien cercano a la víctima, hasta que se centran en la antigua compañera sentimental de la madre de Rocío, que convivió diez años con ella y sus tres hijos. Esa es Dolores Vázquez. La guardia civil y toda la sociedad se acaba convenciendo de su culpabilidad.
Luisa Martín se ha metido en la piel de Dolores, que aquí tiene otro nombre. Juanjo Puigcorbé, en el de su abogado. Y el actor británico Frank Feys da vida al verdadero asesino de Rocío, Tony King, también con otra identidad.
“Es un producto sólido y muy valiente” basado en “el juicio paralelo que realizamos la sociedad culpando a una persona inocente” dice el director de TVE, Javier Pons, que considera que “parece que para muchos hay más maldad en una lesbiana que en otras personas”. “No es una historia de amarillismo. Detrás del crimen está la historia del país” señala Pedro Cortés, productor y director de El caso Wanninkhof, que critica el nuevo sistema judicial por el que se condenó a Dolores Vázquez y que supuso un “caso flagrante” que puso en duda al jurado popular.
“La justicia se dio cuenta de que la labor del jurado fue muy mala” concluye, refiriéndose a que la homosexualidad de la acusada fue determinante en el proceso. En este sentido, Fernando Cámara, que codirige la miniserie, señala que la producción no va en contra del sistema judicial, “va contra la facilidad con la que nos creemos lo que nos cuentan”. Dolores Vázquez no ha querido participar en el proyecto. Pedro Cortés explica que “no ha querido saber nada de la película. Es absolutamente contraria a que se contara la historia en televisión”. En cuanto al papel que juega la madre de Rocío, Alicia Hornos, en la serie, el director afirmó que “ella no aceptará nunca que Dolores es inocente porque Dios le dijo que era ella”, sin embargo, “no vamos a hacer un juicio paralelo” en la ficción.
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