TV-Comunicación

La credibilidad, en juego

  • El escándalo por la falta de veracidad de un presentador estrella de la NBC salpica a los informativos y a la cadena incluso después de presentar éste su dimisión temporal.

¿Exageración o mentira? ¿Hasta qué punto un periodista puede salirse de la realidad para añadir interés a una historia? El caso del presentador de informativos de la cadena NBC, Brian Williams, ha reabierto el enésimo debate en Estados Unidos y el resto del mundo acerca de la objetividad periodística. Aunque la historia de Williams más bien parece la de un mal profesional que sólo busca la gloria personal, que la de un buen reportero.

La estrella de NBC Nightly News, rostro famoso del informativo de la noche de esta cadena, se vio forzado a dimitir el último fin de semana tras admitir que había manipulado una información suya de hace 12 años sobre la guerra de Iraq. Williams aseguró el pasado 30 de enero que el helicóptero en el que viajaba cuando estuvo en la guerra fue alcanzado por fuego enemigo y acabó cayendo. Tras acusársele de mentir por parte de testigos del incidente, acabó revelando en televisión que su helicóptero en realidad llegó después que el que fue derribado. "Cometí un error a la hora de recordar los hechos. Me gustaría pedir perdón", se disculpó en antena después de recibir duras críticas en las redes sociales. Su confesión no ha acabado con el bombardeo de críticas que ahora amenazan seriamente su carrera y, lo que es peor, la credibilidad del informativo que presentaba, líder en audiencia en Estados Unidos, ha caído en picado.

El de Iraq no es, para colmo, el único capítulo dudoso en su carrera. En 2005, por ejemplo, aseguró haber visto un cadáver flotando frente al hotel en el que se alojó en Nueva Orleans tras el huracán Katrina y por cuya cobertura informativa NBC recibió un Premio Peabody, el equivalente a los Pulitzer de radio y TV. La gerente del establecimiento en el que se hospedó sostiene que ni ella ni ninguno de los empleados del hotel vio ningún cadáver flotando en las inmediaciones del edificio, ubicado en un barrio que apenas sufrió inundaciones.

A ese episodio se suman las declaraciones de Williams sobre un suicidio en el estadio Superdome de Nueva Orleans tras el Katrina. El presentador de 55 años afirmó en un documental en 2005 que no había sido testigo de la tragedia, relato que alteró el año pasado cuando dijo que había presenciado, en directo, cómo un hombre se lanzaba al vacío desde la parte más alta del estadio.

NBC ha reaccionado con sorpresa ante todo lo sucedido y dice haber abierto una investigación sobre estas faltas de congruencia. Pero las reacciones no se han hecho esperar. Una columnista de New York Times asegura que los que ahora se rasgan las vestiduras conocían de sobra la tendencia patológica de Williams a la exageración. "Los ejecutivos de NBC fueron alertados hace un año de que Brian Williams inflaba constantemente su biografía", afirma en un artículo en el que apunta además que los relatos hiperbólicos de Williams eran incluso objeto de bromas entre sus compañeros. La revista Time, por su parte, mantiene que la forma de arreglar las cosas no es una investigación interna. Creen que sólo una política de total transparencia lograría enmendar lo sucedido. Williams, mientras tanto, se despidió temporalmente de su audiencia el sábado diciendo que regresará y que seguirá trabajando para "merecer" la confianza de su cadena y de los espectadores.

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