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  • La Comunidad Valenciana abre la caja de los truenos al desmantelar la RTVV

Fue un modelo nacido a principios de los 80, con la vasca ETB como pionera (1982) y la catalana TV3 (1983). El tercer canal regional dejaba de estar en manos de TVE como se previa años atrás y cada gobierno autonómico podía contar así con su cadena propia, según la ley del 83. En estos momentos hay 13 cadenas autonómicas, todas ellas funcionando con un sistema de financiación mixto, de subvención y publicidad (reprochado por las cadenas privadas), y 24 años después de su apertura (creada siete meses después del inicio de Canal Sur), la Comunidad Valenciana ha sido la primera en renunciar a su canal. El proceso para la extinción de la RTVV, con la derogación incluso del apartado que tenía en el Estatuto Valenciano, se ha puesto en marcha tras anunciarse este martes la disolución tras un ERE de mil trabajadores que, según dictamen judicial, había que readmitir.

Las autonómicas fueron recibidas con euforia allá por los 80 (en 1989 se agruparon en el organismo Forta), aunque ahora, en su conjunto, no llegan al 9% de audiencia y su coste en total es de 1.000 millones de euros, cinco veces más de los que cuesta a las arcas públicas RTVE.

Además del cierre de la valenciana, una situación similar pende sobre Telemadrid y el gobierno manchego ha puesto en venta la RTVCM, aunque su privatización se aguarda a tiempos financieros más propicios.

Desglosando una a una, Canal Sur, que cerró Canal Sur 2 hace exactamente un año, y con una cadena de radio que cumple cumple mañana un cuarto de siglo, tiene un déficit acumulado de 80 millones. Su presupuesto para 2013 es de 165 millones, de los que 118 millones son de subvención de la Junta (que se rebajan a 113 para 2014) y un déficit anual de unos 20 millones para este ejercicio.

Pero la andaluza no es la única que ha cerrado canales. También la televisión Canaria (cuyo presupuesto es de 38,6 millones, con una aportación pública de 33,3 millones) y la de Castilla la Mancha (con un presupuesto de 44,2 millones de los cuales 39 proceden de las arcas públicas) se han suprimido canales por la crisis.

De todas, Cataluña es la que presenta una oferta mayor, con ocho canales. Su presupuesto de este año es de 295,9 millones, con una aportación de 225 por parte de la Generalitat. También en Galicia existen varios canales públicos, cuatro de televisión y dos de radio, y su presupuesto de este año también es elevado: 103,8 millones, de los cuales la Xunta subvenciona 94. También Madrid tiene varios canales públicos abiertos, concretamente tres de televisión (uno de ellos por satélite) y dos de radio. Su presupuesto es de 84,5 millones y su financiación pública de 70,97. Tras varios recortes, en la televisión madrileña se aplicó un ere que afectó a 829 personas de una plantilla de 1.170 trabajadores.

Es también destacada la oferta de televisión pública en el País Vasco, con seis canales de televisión y cinco emisoras de radio. El presupuesto es de 121 millones y la aportación pública, de 105. Por su parte, el gobierno valenciano gestionaba hasta ahora cuatro canales de televisión y dos emisoras de radio, con un presupuesto para este año de 78 millones, de los que 68 serían subvencionados por el Consell.

De todas las emisoras públicas autonómicas es Aragón TV, el canal más joven, quien lidera las audiencias. Su presupuesto es de 47,1 millones de euros y la aportación del Gobierno regional es de 42,4. En Asturias cuentan con dos canales de televisión y su presupuesto es de 23 millones, de los cuales el Principado aporta 20. Por su parte, la comunidad balear tiene un canal de televisión y otro de radio, con un presupuesto de 31 millones y una aportación del Gobern de 30.

Tanto en Extremadura como en Murcia sólo existe un canal de televisión público y una emisora de radio. El presupuesto extremeño es de 25,3 millones (con una subvención de 24,8) y el murciano asciende a 7,8 millones de euros, de los que el gobierno aporta 7,5.

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