Con ese cielo plomizo que no corresponde a Sevilla, el único festejo de rejones de esta Feria de Abril se tildó de color grisáceo. Un espectáculo en el que habitualmente el público, muy distinto al del toreo a pie, tiene otra vara de medir, con menos exigencias, para solicitar los trofeos. En esta ocasión se concedieron dos orejas en una tarde en la que lo más brillante lo consiguió Diego Ventura ante el segundo toro. Lea Vicens se marchó de vacío.

Diego Ventura recibió al manejable segundo a lomos de Lambrusco en un palmo de terreno. En banderillas, la faena estuvo presidida por buen toreo y acierto a la hora de prender las banderillas. Enorme, como siempre, el veterano Nazarí, ¡qué bella expresión la de este caballo! Y sorpresa con Fino, un tordo lusitano que volvió loco al público con piruetas en la misma cara del toro. Ventura, enorme en un quiebro en los medios, con el que puso al público en pie. El rejonazo de efecto fulminante fue una rúbrica resolutiva para cobrar una merecida oreja.

Ante el manso quinto, cuya faena brindó a El Juli, Diego Ventura, desafortunado con el rejón de castigo, que clavó al tercer intento. Al pasar junto al 5, donde estaba El Juli en una barrera, se le escucha: "Un fallo lo tiene cualquiera". Ventura llamó la atención al prender un par a dos manos, a lomos de Dólar, sin utilizar el cabezal, que arrojó al ruedo. Lo consiguió al segundo intento. Una suerte que recordamos realizaba en el siglo pasado el segoviano Josechu Pérez de Mendoza, como recoge el libro Historia insólita del toreo a caballo.

Sergio Galán, con el noble cuarto, destacó por su técnica y dentro de una faena sobria fue muy ovacionado en un par al quiebro a lomos de Apolo, para cortar una oreja, tras prender un par de rosas y matar al primer intento.

El madrileño-conquense Sergio Galán, en la suerte del teléfono, un adorno, dentro de una actuación sobria en su conjunto.

Ante el que abrió plaza, otro ejemplar noble al que esperó frente a toriles, Galán realizó una faena desigual, destacando en una farpa de poder a poder. Descordó al toro en el rejón de muerte y su labor quedó en una ovación.

Lea Vicens estuvo muy desacertada al clavar banderillas ante el manso tercero, que llegó a echarse antes de la suerte suprema.

La rejoneadora francesa Lea Vicens en el momento del encuentro para clavar una banderilla al toro que cerró plaza, el mejor del desigual encierro de Fermín Bohórquez.

Con el buen sexto, el mejor del encierro, logró los mejores momentos en dos pares al quiebro y anduvo, de nuevo, muy desacertada a la hora de prender las banderillas. En la suerte suprema, mal con los aceros.

En un espectáculo de rejoneo bastante pobre en lo artístico, lo más intenso, sin duda, corrió a cargo de Diego Ventura, que buscó con ahínco su decimoprimera Puerta del Príncipe y sorprendió con el rescate de la suerte sin cabezal que, como ya hemos escrito, puso en liza Josechu Hermoso de Mendoza.

Ficha del festejo:

Ganadería: Corrida de Bohórquez, de juego desigual; el mejor, el sexto.

Toreros: Sergio Galán, rejón que descorda (saludos tras ovación con petición de oreja). Rejón (oreja). Diego Ventura, rejón de efecto fulminante (oreja). Rejón, medio rejón y descabello (ovación tras petición de oreja). Lea Vicens, Pinchazo, rejón y un descabello (silencio). Rejón enhebrado, pinchazo, medio rejón y rejón (silencio).

Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Domingo 30 de abril de 2017. Más de tres cuartos de entrada. Cielo nuboso.