Toros

Importante tarde de Manzanares en Huelva, donde corta tres orejas

  • El de Alicante cierra el ciclo onubense erigiéndose en triunfador numérico de la feria mientras que Castella pierde un trofeo al pinchar y el palco niega otro a Ponce

Ganadería. Cuatro toros de Jandilla y dos, cuarto y sexto de la suelta, de Vegahermosa, de distinta condición. TOREROS: Enrique Ponce, ovación tras petición y bronca al presidente y ovación tras aviso. Sebastián Castella, ovación con saludos y aplausos. José María Manzanares, dos orejas y oreja. Incidencias. Más de tres cuartos de entrada.

Manzanares se ha proclamado el triunfador de las Colombinas después de cortar tres orejas. Firmó una importante faena al emocionante tercero de Jandilla y volvió a rayar a gran altura con el sexto, del que paseó otro trofeo. Por su parte, Castella perdió una oreja tras pinchar al segundo, mientras que el palco negó un apéndice a Ponce en el inválido primero al que el presidente mantuvo en el ruedo de forma incomprensible.

Importante Manzanares con el tercero, un toro de Jandilla que tuvo emoción en su embestida y al que el alicantino entendió a la perfección en un primer tramo de faena inteligente, en el que fue educando la embestida del animal, y una segunda parte mucho más exigente con muletazos profundos y de mucho mando. Lo más destacable fueron dos series sobre el pitón derecho y otra al natural que tuvieron largura, limpieza y cadencia. Tras una media estocada de efecto fulminante paseó las dos orejas.

El alicantino volvió a rayar a gran altura con el sexto, un toro noble de Vegahermosa, del que hubo de tirar y al que a base de echarle la muleta muy por delante logró extraerle tandas rotundas de tres y cuatro muletazos sobre todo por el pitón derecho. Tras una estocada entera paseó la oreja que le acredita como el triunfador numérico de la Feria.

Castella firmó una faena seria ante el segundo, un toro de Jandilla que sin tener clase sí tuvo transmisión y al que el francés muleteó con limpieza y ligazón. De no haber fallado a espadas habría paseado una merecida oreja.

Castella fue aplaudido ante el quinto, un toro de Vegahermosa que no quería pelea pero que embistió con nobleza y cierta calidad cuando el francés le dejó la muleta puesta. Mató de estocada entera.

El presidente se negó a devolver al primero de Jandilla, un toro con claros signos de no tener visión. A pesar de las protestas del público, el presidente mantuvo en el ruedo a un toro parado que entró tres veces al peto en un caótico tercio de varas. Ya en la muleta el toro sacó genio y Ponce supo solventar las dificultades del animal extrayendo muletazos elegantes y despaciosos en una labor paciente y de esfuerzo. Mató de estocada y a pesar de la mayoritaria petición, el palco optó por no premiar al torero de Chiva. No tuvo mayor suerte con el cuarto, un toro manso que se rajó y con el que Ponce sólo pudo mostrar disposición persiguiéndolo en vano por el ruedo antes de ponerle fin a una lidia imposible.

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