El diestro Juan José Padilla dio un paso más en su intensa recuperación tanto física como psicológica para estar al cien por cien en su reaparición el próximo cuatro de marzo en Olivenza. Y dio un paso importante porque se reencontró con la ganadería de Ana Romero ante dos toros en un tentadero en la finca Las Cobatillas en Alcalá de los Gazules, el mismo hierro del toro que le propinó la grave cornada en octubre del año pasado en la plaza de toros de Zaragoza.

Un reencuentro sin rencor y sin ningún tipo de revancha. Fue un entrenamiento más con vista a su reaparición y un ejemplo más de la superación y amor propio de este gran torero. Padilla se vistió de luces para habituarse al terno y lidió por delante una vaca para ir calentando y hacerse a los trastos antes de los dos toros.

El ciclón de Jerez se mostró firme ante su primero, un todo con mucho que torear y al que Padilla le pudo en todo momento. Incluso puso banderillas. Demostró que le puede a cualquier toro, de hecho hubo momentos de apuros de los que supo resolver con recursos de un torero preparado y mentalizado para hacer temporada.

Ya en el segundo toro, muy en el tipo de la ganadería, Padilla sí disfrutó y se gustó en una faena de buen toreo y de detalles de calidad. Un trasteo en el que Padilla se encontró con el Padilla templado, seguro y lleno de torería. Un entrenamiento en la plaza de tientas de la finca que sirvió para dejar claro que hay Padilla para rato. Por cierto, una faena que remató de una gran estocada.

Un día de tentadero en el que Padilla mostró, una vez más, su optimismo y su buen humor con loas aficionados que asistieron.

El diestro de Jerez continuará con su entrenamiento tanto físico como en el campo hasta unos días antes de la cita de Olivenza, donde compartirá cartel con Morante y Manzanares y los toros de Núñez del Cuvillo. Una preparación en Las Cobatillas que se ha completado con otros dos toros a puerta cerrada que mató hace unos días en la finca de Ruiz Miguel y otros toros mas que tentará en los próximos días.