Tarde amable de rejones para abrir la feria de Santiago de Santander, con doble triunfo de un Diego Ventura que tiró de efectos especiales y un Leonardo Hernández que apostó por un toreo a caballo académico, con seis toros colaboradores y sin finales de Sánchez y Sánchez. Casi lleno. Fermín Bohórquez, silencio y división tras aviso. Diego Ventura, oreja y dos orejas. Leonardo Hernández, ovación y dos orejas.
Con Roneo y Milagro a medio gas le bastó a Ventura para alborotar los tendidos en el segundo de la tarde. Tras colocar las cortas al violín y volcarse sobre el morrillo, recibió un pitonazo en la cara que no generó el K.O. sino aparatosa y corta hemorragia nasal. Esto decantó aún más el delirio del respetable. Lo mató rápido, con el toro totalmente inmóvil y cortó la primera oreja de la feria. Otras dos obtuvo del abanto quinto, al que enceló bien de salida con Maletilla. Luego, primaron los efectos especiales de cara a la galería. A pesar de pincharlo, el doble trofeo fue a parar a su esportón.
Leonardo Hernández se preocupó de ofrecer a su primer oponente los pechos de los caballos, especialmente. Idéntica verdad hubo en los embroques. También estuvo muy de verdad en el que cerró plaza, lo que sumado a la presteza al matar y a la pureza del conjunto de su labor, pesó en el palco presidencial que concedió las dos orejas.
Con el primero Bohórquez hizo todo despacio y a mucha distancia de las astas, salvo en los dos pares a dos manos que clavó al estribo. A partir de ahí, el toro se aplomó y aquerenció en tablas. En el cuarto, volvió a pecar de clavar muy a toro pasado y dio un pequeño mitin con los aceros.
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