Toros

Vilches afina su preparación para la Feria de Abril

  • El utrerano desoreja a su lote en su pueblo y sale en hombros junto a El Cordobés, que consigue dos apéndices · Actuación deplorable de Finito de Córdoba

GANADERÍA: Corrida de José Luis Pereda, con el denominador común de la nobleza, la mansedumbre y la flojedad. TOREROS: Juan Serrano 'Finito de Córdoba', de azabache y oro. Pinchazo y casi entera (ovación). En el cuarto, tres pinchazos (silencio). Manuel Díaz 'El Cordobés', de blanco y oro. Estocada casi entera (oreja). En el quinto, estocada (oreja). Luis Vilches, de rosa y oro. Gran estocada (dos orejas). En el sexto, estocada caída (dos orejas). Incidencias: Plaza de toros de Utrera. Media entrada. Retransmitida por Canal Sur Televisión.

El empresario utrerano Juan Manuel Rodríguez Vélez, apoderado del matador de toros local Luis Vilches, organizó una corrida en la plaza de Utrera para que su pupilo se estrenara antes de su compromiso en la Feria de Abril, el próximo 25 de abril, en la Maestranza, donde Vilches está anunciado en la corrida de Conde de la Maza. El diestro, que posee un buen concepto del toreo, pasó la prueba de cara al citado compromiso.

Con una corrida a modo y de escaso motor de José Luis Pereda, Juan Serrano Finito de Córdoba, Manuel Díaz El Cordobés y Luis Vilches ofrecieron muy dispares actitudes y aptitudes. Luis Vilches, el gran triunfador, se entregó y conoce el paño del buen toreo. Deleitó a la verónica ante su primero, un animal muy noble, pero flojísimo, que perdió reiteradamente las manos en la muleta y que se rajó pronto. El espada, en las afueras, brilló especialmente en una serie de derechazos, rematados con un pase de pecho al ralentí. Por el lado izquierdo, por donde se orientaba el toro, hubo poco destacado. Remató la faena con una gran estocada. En el que cerró plaza, un animal con menor claridad en sus embestidas, el utrerano consiguió muletazos estimables y aislados por ambos pitones. Tras una estocada -en este caso caída-, le premiaron en esta ocasión de manera muy cariñosa, con otras dos orejas.

El Cordobés se ganó al público con su tauromaquia heterodoxa y populista. Con el manso, pero noble y flojito segundo, su labor encimista estuvo salpicada de guiños a la galería, con varios desplantes y el salto de la rana. Tras una estocada casi entera, fue premiado con un apéndice. Ante el manso, pero también noble quinto, El Cordobés se gustó en un buen comienzo de faena con la diestra. Pero el trasteo, ante un astado con tendencias carpinteras, que buscaba constantemente los tableros, fue a menos. Tras varios molinetes, otras alegrías y un espadazo, el torero fue premiado con otro apéndice.

Finito, con poco apetito, no engordó el amplio esportón de los trofeos en una actuación que resultó deplorable. Si apenas se comprometió con el mansote que abrió plaza, todavía estuvo peor con el deslucido cuarto, tirando por la calle del medio.

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