José Pedro Prados 'El Fundi'. Matador de toros

"Fui sincero, nunca busqué el aplauso fácil de la galería"

  • El diestro de Fuenlabrada se retira este año tras un cuarto de siglo como matador de toros · Ha planteado sumar "entre 25 y 30 corridas entre España y Francia"

El diestro José Pedro Prados El Fundi (Fuenlabrada, Madrid, 1966) se despide este año de los ruedos al cumplir sus bodas de plata. Dentro de su espléndida hoja de servicios ante multitud de corridas de las denominadas duras, sobresalen su capacidad lidiadora y su entrega. En su última etapa ha sido uno de los toreros habituales en la corrida de Miura de la Feria de Abril.

-¿Cómo ha planteado la temporada de su adiós?

-Me gustaría despedirme de las plazas que conforman mi carrera, toreando entre 25 y 30 corridas. Pero sé como están las cosas y torearé las que vengan por derecho.

-¿En qué plazas piensa?

-En todas aquellas de primera y segunda categoría donde he actuado habitualmente, tanto en Francia como en España. Estoy pensando en plazas como Sevilla, Madrid, Santander, San Sebastián, Bilbao, Pamplona y otras de gran importancia.

-¿Estará en Sevilla y Madrid?

-Se supone. No soy el único que tiene la voz cantante. Están las empresas, que deben contar con uno.

-En Sevilla ha conseguido grandes éxitos con miuras. ¿Le agradaría verse anunciado con esta divisa?

-Por supuesto. No me importaría. Ha sido una de las corridas que he toreado en los últimos años en la Maestranza.

-En un cuarto de siglo como matador de toros, ¿qué ha sido lo más satisfactorio?

-La comunión con el toro y con las aficiones. El verme un año tras otro con la gente, con los aficionados. Ese sentimiento se queda dentro.

-¿Y lo más duro?

-Muchas veces el trato con los entresijos de la profesión ha sido más duro que la propia pelea en la plaza ante el toro.

-¿Y el trago más amargo?

-La tragedia de Adrián Gómez -su banderillero-. Me tocó muy de cerca. Además, nos conocíamos desde la infancia.

-¿Cómo ha incidido el que torease habitualmente corridas duras?

-Cambia todo. Tienes que realizar un toreo poderoso, defensivo y a veces incluso coges vicios que no van con la visión del toreo. Pero tienes que adaptarte para sobrevivir. Con el tiempo he adoptado el toreo poderoso de la manera más pura y clásica que he podido. En los primeros años me salía de mi línea. Luego he conseguido imponer mi sello, a pesar de ser corridas duras.

-¿Con este tipo de toros se pagan más lo errores?

-Lo errores se pagan siempre. Pero en este tipo de corridas todo es más duro y difícil. Tanto el trato de la gente, como de la prensa y de las empresas.

-Por encima del éxito y del dinero, ¿hay algo superior que le haya aportado la tauromaquia?

-La recompensa personal y moral. El sentirte orgulloso de lo realizado en estos 25 años. Me marcho y creo que habrá pocos profesionales que me puedan reprochar algo sobre mi carrera. He ido con verdad; incluso tirando piedras contra mi propio tejado. Con honestidad, he buscado más la profesionalidad que la comodidad. Decía Belmonte que "se torea como se es"; y yo creo que fui claro y sincero en el ruedo y nunca busqué el aplauso fácil de la galería.

-¿Qué queda de aquel niño revoltoso, alumno de la Escuela de Tauromaquia de Madrid?

-La ilusión por lo que quería ser: un matador de toros importante. Cuando comencé junto a Joselito y Bote soñaba con ser figura del toreo. Quizás no sea esa figura que quería ser, pero creo que he sido un torero importante que ha podido vivir de su profesión.

-¿A qué se dedicará como jubilado?

-Seguiré ligado a algo relacionado con el mundo de los toros. Posiblemente sea el campo. Hubo un tiempo en que comencé a formar una ganadería y lo dejé. Mantengo el hierro, de la Unión, y posiblemente me haga ganadero.

-Su compañero Joselito me comentaba que es un negocio ruinoso...

-Probablemente. De momento me dedicaré a torear este año y cuando termine la temporada pensaré tranquilamente en el futuro.

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