Toros

"¿El toro artista?... El artista es el torero y el toro debe emocionar"

Juan Pedro Domecq Morenés (Jerez, 1968), economista y abogado, ha heredado la pasión familiar por el toro de lidia. En uno de los cerrados de Lo Alvaro tiene ya apartados decenas de toros, destinados a las primeras ferias de la temporada. Unos toros que corren, para fortalecer sus músculos, un par de veces por semana por una manga especial, de kilómetro y medio, que ideó y bautizó su padre como el tauródromo. El último Juan Pedro Domecq conoce sus ganaderías (la de su nombre y Parladé, que pasta en tierras portuguesas), reconoce de memoria cada toro y hace hincapié en los astados destinados para la Maestranza sevillana.

-Hasta ahora, usted había dirigido la otra divisa familiar, Parladé. ¿Qué diferencia existe con Juan Pedro Domecq?

-Yo lo he aprendido todo de mi padre, pero la selección está en función de lo que cada uno está buscando con más ahínco. Yo he estado buscando en Parladé un toro que transmitiera más, que se empleara más.

-En la última entrevista a su padre, me explicaba que también buscaba un toro más agresivo.

-Sí. Tanto él como yo hemos buscado un toro más agresivo porque el público lo quiere así. Quiere más emoción.

-¿Cuál ha sido el legado más importante que ha recibido de él?

-Todo. Desde cómo se selecciona hasta herramientas zootécnicas, con una base de datos de casi 40.000 ejemplares. También sus conceptos sobre la bravura.

-¿Por ejemplo?

-La definición de bravura de mi abuelo y que mi padre repetía constantemente: "La bravura es la capacidad de lucha hasta la muerte". Pero yo añado que lo es con matices. No es lo mismo luchar sin emplearse, con la cara a media altura, que con la cara por los suelos. Es más importante luchar menos tiempo con la cara por los suelos que luchar más tiempo con la cara a media altura.

-Hablando de conceptos, ¿qué opinión tiene del término que creó su padre, 'el toro artista'?

-Fue un error de comunicación. Le atribuyeron una serie de cosas que él no quería decir. ¿El toro artista?... El artista es el torero sobre la base de una materia prima, el toro, que debe emocionar.

-¿Y ahora cómo es el toro de Juan Pedro Domecq?

-Yo busco un toro que sea menos previsible. Un toro bravo, que se entregue y acometa de forma constante para que cada torero saque de él lo mejor que tiene.

-¿Ese es su toro ideal?

-Sí. Ese es mi toro ideal. Aunque caben muchos matices y me caben muchos toros en la cabeza.

-¿Y el fenotipo?

-Me fijo mucho en la morfología de los sementales. Un toro bajo y con cuello es más fácil que embista.

-¿Qué número de corridas lidiará este año y en qué plazas?

-Una veintena. Valencia -lidiaré con Juan Pedro y Parladé-, Sevilla -en corrida de toros y novillada-, creo que Madrid, Nimes, Jerez, Alicante, Burgos, Valladolid, Brihuega, Sanlúcar me la tienen que confirmar, Roquetas y Dax o Arles. Con Parladé, Mont de Marsan, Córdoba, Málaga, posiblemente Madrid. Y el resto por confirmar.

-¿Juan Pedro y Parladé será lo mismo en cuanto al toro?

-Mi proyecto y mi marca es Juan Pedro. Parladé es una segunda marca en la que hay un trabajo ingente. Es mi obra de los últimos nueve años. Y a partir de este año hay un cambio muy importante porque los tentaderos han sido absolutamente sensacionales. Este año ha sido mejor el tentadero de Parladé que el de Juan Pedro. A partir de ahora reduciré la ganadería de Parladé y venderé catorce o quince corridas de Juan Pedro y tres o cuatro de Parladé.

-En cotización, ¿seguirá siendo más cara una corrida de Juan Pedro?

-Sí.

-¿Qué supone el retorno a Sevilla?

-Una grandiosa responsabilidad. Quizás la afición sevillana es una afición sumamente docta, exigente y que mira muchas cosas de lo que es el toro bravo. Junto con Madrid, quizás las dos grandes plazas de España. Luego hay otras importantes. Al final, mis toros son sevillanos y quieren volver a su plaza. Hay mucha gente que te conoce y que te mira con cariño, pero con exigencia. Es volver donde más te exigen y donde es más difícil porque las instalaciones de la plaza de toros de Sevilla no son las más óptimas. Eso no hay más que mirar la estadística. Vienen ganaderías mucho mejores que en Madrid y en Madrid salen mejores toros. Estoy convencido de que es por un tema de manejo, de enorme importancia y que espero que cambie.

-El retorno a la Maestranza, ¿también tiene connotaciones personales?

-Sí. Soy maestrante, andaluz, la ganadería pasta en Sevilla. La responsabilidad es tremenda. Es la plaza donde más me la juego y la que más me impresiona.

-¿Qué recuerdos tiene de la última vez que lidiaron?

-Lidiamos tres corridas -2009-. Para mí fue un error. Porque tener en una plaza de primera más de una corrida de toros de la misma ganadería -fueron dos de Juan Pedro Domecq y una de Parladé- es un error. La de Parladé no funcionó. Tuvimos un problema de manejo y de alimentación que ya está solventado. En cambio, en la primera corrida de Juan Pedro cortó dos orejas Manzanares. No se ha mirado a esta ganadería justamente. Hemos pagado muchos platos rotos.

-¿Qué opina de los indultos?

-Es una participación del público en la Fiesta y en la ganadería. Es una experiencia sumamente positiva.

-El torero sueña con la Puerta del Príncipe. ¿Lo hace usted con un toro indultado en la Maestranza?

-Es un maravilloso sueño. Supone que lo que tú creas vuelve a tu casa. No sólo por la imagen. Es la coronación del toro y de tu obra. Un premio así reconoce tus grandes esfuerzos y tu trabajo ingente. El que te aplauda y te mime todo el público a través de un indulto te llena.

-¿Qué le pareció el de 'Arrojado', de Núñez del Cuvillo?

-Me pareció una faena -de Manzanares- sublime. El público se emocionó y pidió el indulto. Cuando eso se da es único. Tuve la suerte de vivirlo en persona como aficionado y sentí algo especial.

-¿Cómo fue la temporada 2011 en Juan Pedro Domecq?

-Ha sido una de las grandes campañas de la historia de la ganadería, con una regularidad absoluta, sin fallar en ningún espectáculo. Hubo grandes espectáculos en ferias de gran responsabilidad. En Madrid, con las dos ganaderías; a una de las corridas le dieron todos los premios. Lidiamos doce toros y de ellos ocho eran de triunfo. Y luego se repitió a lo largo de la geografía española. Córdoba, Málaga, Valencia, Logroño, Jaén... y un montón de toros.

-La eterna pregunta: ¿es un buen negocio la ganadería de lidia?

-Hoy en día es un mal negocio. El año pasado, después de lidiar 25 corridas de toros, no me ha dado ni para pagarme el sueldo.

-¡Eso es increíble...!

-Lo que le digo es una verdad absoluta. Cuando dicen ahora desde Francia que hay que bajar honorarios a toreros y ganaderos yo digo que a los ganaderos no se les puede bajar más porque van a desaparecer. Hace 25 años me pagaban en Bayona por una corrida lo mismo que hoy. Si se coge el IPC, los toros han bajado en su precio un 40%. Los honorarios de los toreros se han multiplicado por tres. El reparto es injusto. La ganadería de lidia en su día fue un negocio, no excepcional, pero sí un negocio. Y ahora se mantiene apoyado por otro tipo de negocio. Espero que esto cambie. No sé si podré mantenerla en un futuro.

-En los últimos años se ha herrado menos. Aun así ¿sobran muchos toros e incluso ganaderías?

-Sí. El mercado está descompensado y dislocado. Lo que pasa es que hay pocas ganaderías que quieran los toreros. Creo que todo tendrá su autorregulación.

-¿Hacia dónde camina el toro?

-Está claro que el público está pidiendo un toro más vivo, más agresivo. Ahora, quiere un toro que transmita más, pero un toro toreable.

-¿Cuáles son sus ganaderías predilectas?

-Muchas. Creo que Cuvillo es una grandiosa ganadería. Garcigrande atraviesa un gran momento. Las ganaderías familiares de Jandilla y de Zalduendo. Y uno de los grandes espectáculos que vi el año pasado fue la corrida de Cuadri en Madrid.

-¿Y toreros preferidos?

-Hoy en día hay cinco o seis grandiosos toreros. Morante, Manzanares, Ponce, El Juli, Talavante, Luque. A mí lo que me preocupa es el futuro, el de las novilladas. Hay que abaratar el coste de los espectáculos menores.

-Por último, ¿en qué momento se encuentra el espectáculo?

-Hay una crisis. Creo que habrá un cambio en el tema televisivo. La gente tiene menos para gastar y te dice: "Reduzca usted". Quiere un espectáculo de calidad. Hay pliegos locos. Y otra cosa, las administraciones públicas con plazas en propiedad no revierten el dinero en el espectáculo.

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