Unicaja

Continúa el rastreo de un interior

  • El Unicaja sigue la búsqueda en un mercado que ofrece pocas opciones, lo que retrasa la operación

Sasu Salin y Giorgi Shermadini dialogan en un entrenamiento.

Sasu Salin y Giorgi Shermadini dialogan en un entrenamiento. / javier albiñana

Continúa la búsqueda de un jugador interior que supla el hueco dejado durante dos meses por Giorgi Shermadini. El paso de los días sin novedades evidencian el laberinto que se está encontrando el Unicaja, que tiene ante sí un mercado complejo a estas alturas y con pocas alternativas que satisfagan las necesidades del equipo cajista.

El deseo de Plaza es disponer del refuerzo lo antes posible, de hecho reseñaba después del encuentro ante el Delteco GBC que su deseo es que estuviera ya en Málaga. Lo previsible es que esté para el partido ante el Montakit Fuenlabrada del domingo, por lo que estos días se antojan claves para que llegue ese anhelado "mirlo blanco".

Trascendieron algunos nombres como los de Georgios Bogris o Ioannis Bourousis, inaccesible el primero porque el Olympiacos no le deja salir y el segundo porque sus emolumentos son prohibitivos. Estos dos casos muestran el panorama al que está haciendo frente el club de Los Guindos, con Carlos Jiménez como cabeza visible. Los perfiles que más interesan en el Unicaja tienen vinculación contractual, lo que es una barrera importante a la hora de que alguna operación fructifique porque habría que hacer un desembolso adicional a la ficha del jugador que es el pago del buyout -vía que el equipo desestimó desde hace algunas temporadas-. En este contexto, de forma paralela, existe un debate interno sobre qué jugador traer. Si añadir un complemento que cumpla y no altere el sistema de roles o un jugador de más nivel, más solvente en la pista, pero que puede romper esa química creada desde finales de noviembre. En la elección entra también el desembolso en cada caso, donde hay una diferencia sustancial.

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