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Convivir con la fatiga

  • El Unicaja completa un buen partido ante el peligroso Iberostar, al que le recupera el 'average' particular

  • El equipo redondeó grandes cuartos impares y sufrió algo más en los pares

El Unicaja hizo la diferencia en notables cuartos impares (50-29) para amortiguar los malos pares (22-33) y derrotar en un partido trascendente al Iberostar Tenerife (72-62). El cuadro malagueño concentró su energía en las salidas de vestuarios para después contemporizar, como si modulara la fatiga física y mental en función del marcador. Esa necesidad de sufrir y de doblegar el dolor de piernas y la falta de oxígeno en los pulmones es la herencia que deja la participación de la Euroliga. Una base de sufrido trabajo con la que tirar de aquí a final de temporada. Los mejores equipos de la Liga Endesa han pasado por lo mismo y han mudado la piel, se han endurecido aunque hayan quedado algunas cicatrices. Quedan dos meses y toca apretar los dientes.

En un duelo ante un rival teóricamente inferior pero devenido en directo tras las últimas derrotas, el Unicaja llevó siempre la iniciativa. Desprovisto de Fran Vázquez, víctima de un virus que le dejó sin fuerzas, Vasileiadis se convirtió en el jugador más peligroso de los tinerfeños. El Unicaja no tuvo que usar el comodín de Nedovic demasiado. Hizos dos faltas rápidas y Plaza le dosificó. En cualquier caso, su impacto en el partido fue terrible. Metió 14 puntos en 13 minutos en pista, en los que repartió cuatro asistencias. Su momento de forma es excelente. La regularidad la ha alcanzado y tiene el reto de convertirse en letal en finales apretados. Si lo consigue se irá de Málaga en parihuelas.

El partido tuvo un inicio distinto del desarrollo. El Iberostar no metía, el Unicaja aseguraba el rebote y podía correr. 24-11 fue el parcial de los primeros 10 minutos, con Brooks machacando desde la media distancia. Después se rebajó de manera drástica la anotación. Sólo ocho puntos en el segundo cuarto. El partido estaba próximo a la ruptura, pero Nedovic cometió su segunda falta y Plaza le reservó. Y costó readaptarse. El Iberostar, equipo experto y con posibilidades, se tenía en el encuentro con Kostas Vasileiadis, motivado, al frente. El griego, cajista en dos etapas anteriores, metió un par de triples y también ofreció asistencias para que sus compañeros metieran. Quedaron ganas de ver más tiempo a Ponitka, el pujante polaco al que sus compañeros ven como un jugador de Euroliga. Echó en falta el cuadro canario más puntos exteriores y hasta en los tiros libres (5/11) estuvo fallón.

Los números atestiguan que el Unicaja se mueve bastante mejor en tanteos bajos que en altos. Si deja por debajo de 80 puntos al rival las posibilidades de ganar se multiplican. Es cierto que aquello de la mejor defensa tiene connotaciones, puede que hasta cierta trampa, en el baloncesto moderno. Si un equipo juega a un número mayor de posesiones es normal que reciba más puntos que otro que juega más lento, como es el Iberostar. Comparte bien el balón y mastica la jugada hasta encontrar situaciones. También es un factor con el que los rivales juegan ante el Unicaja. Es letal cuando puede correr el equipo malagueño y una manera de frenar ese contraataque es seleccionar bien el tiro.

La pájara del segundo cuarto la amortiguó como pudo el Unicaja para llegar con una exigua renta al descanso (32-31). Pero tras el paso por el vestuario regresó la mejor versión malagueña. Otra vez con Nedovic al comando, con varias canastas de alta escuela. Le secundó un certero Alberto Díaz. Había estado fallón en el segundo cuarto, cuando había espesura y tuvo que tomar algunos tiros más de los que suele. Ahora, con Nedovic creando, le llegaron varias situaciones para lanzar en mejores condiciones. Y el pelirrojo no dudó en lanzar, es uno de los progresos en su juego. Meta o no, tira siempre que tiene posición. Colocó ocho puntos seguidos para estirar la renta al final del tercer cuarto (58-49).

En el periodo final, el Unicaja estiró más la cuerda y se acabó rompiendo. Llegó a mandar por 70-52. Suárez engrasaba en los dos aros con rebotes y asistencias y Viny Okouo daba buenos minutos fajándose con Niang. Algún tapón y mucha presencia defensiva, admitiendo sus errores de colocación y en alguna posición de piernas.

El Unicaja no quemó las naves, las piernas pesaban y el miércoles hay otro partido capital, como todos los que quedan hasta el final de la temporada. Recuperó el average al Iberostar y vuelve a mirar hacia arriba. Ahora es quinto en la tabla, aunque empatado con el octavo y con noveno y décimo a un triunfo. Hay que mirar hacia arriba sin descuidar la retaguardia.

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