Han pasado 21 años desde que Daniel Hierrezuelo Navas (Málaga, 1970) dirigiera su primera fase final de la Copa del Rey. Fue en León, en 1997. Tenía 26 años y el malagueño llegó a pitar la final en una terna en la que también estaban el histórico Miguelo Betancor y José Antonio Martín Bertrán, que también continúa en activo y está entre los 12 elegidos para impartir justicia en Gran Canaria. Jordi Aliaga, Fernando Calatrava, Luis Miguel Castillo, Antonio Conde, Carlos Cortés, Juan Carlos García González, Benjamín Jiménez, Miguel Ángel Pérez Pérez, Emilio Pérez Pizarro y Carlos Peruga son los otros 10. Y, claro, Hierrezuelo.

El malagueño regresa después de que hace un año en Vitoria estuviera de manera involuntaria en el foco. Era el árbitro principal en aquel Madrid-Andorra en el que no se señaló un campo atrás de Sergio Llull en un momento decisivo del partido. El cántico de "Era campo atrás" entre las aficiones se convirtió en el himno oficioso del torneo.

Con la personalidad que le caracteriza, el árbitro malagueño se repuso a aquel revés y pocos meses después era seleccionado por la Euroliga para dirigir en la Final Four que se celebró en Estambul. "Convivo con el error diariamente, aunque aquello tuvo una enorme repercusión mediática por las circunstancias. Pero tocó mirar hacia adelante. No soy ni mucho mejor ni mucho peor después de la Copa, soy el mismo. El árbitro a veces falla, pero en ocasiones tiene más repercusión. Hay que convivir con el error y trabajar para minimizarlo", reflexionaba entonces antes de pitar en la mayor cita continental sobre las consecuencias de aquel error. Con más experiencia, Hierrezuelo regresa a una Copa más.