El proceso para elegir presidente en la ACB resultó convulso y, como preveían en la propia Liga, no se pudo llegar a una entente. Con algún episodio chusco, como la detención de uno de los candidatos antes de que se celebrara la votación, se celebró el cónclave. Javier Imbroda, malagueño de adopción, fue el más votado. Pero sin la amplia mayoría (14 de 18 votos) requerida para el acuerdo.
Imbroda se pronunció después del proceso, en el que no continuará. "Lo intenté pero no pudo ser. Me quedo con la experiencia vivida y con la victoria aunque insuficiente. El peor enemigo de la ACB es la propia ACB. Mientras, otros se aprovechan de su debilidad. Muchas gracias a todos los que creyeron en mi", decía a través de las redes.
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