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McCallum, la marcha extra

  • El Unicaja firma al base americano (1.91 metros y 26 años) por una temporada

  • Tiene experiencia en la NBA (Sacramento, Memphis y San Antonio) y la pasada campaña brilló en la D League con Grand Rapids Drive

McCallum, la marcha extra

McCallum, la marcha extra / firma del fotógrafo

El Unicaja buscaba una marcha extra en la posición de base al salir al mercado para relevar a Oliver Lafayette. Alguien que elevara el nivel físico, la capacidad atlética en la posición. La velocidad y el desborde. Y, tras rebuscar en él, sufrir algunas tribulaciones, algún rechazo y varios cambios de decorado inesperados, ha encontrado a Ray Michael McCallum Junior. Hijo de entrenador de baloncesto del mismo nombre, es el base elegido para ser pieza esencial en la plantilla 2017/18, para complementar a Alberto Díaz en el timón. De 26 años y 1.91 metros, tiene experiencia de 154 partidos en la NBA, entre Sacramento, Memphis y San Antonio. Ha entrenado enfrente de Tony Parker y Mike Conley, ha compartido vestuario con Tim Duncan y Marc Gasol y ha sido dirigido por Gregg Popovich y George Karl.

"Es un combo, excelente atleta, gran defensor. No muy buen tirador, anotará penetrando y por su físico. Gran atleta, dominará en Europa". Es la sucinta definición de un scout de la NBA cuando se le solicita una opinión sobre McCallum, que la temporada pasada jugó en la D League en los Grand Rapids Drive, donde compitió en 43 partidos, con unas medias de 17.6 puntos, 7 asistencias, 5.8 rebotes y 2.2 robos. Su capacidad defensiva y de rebote para lanzar el contraataque es uno de sus puntos fuertes. No brilla en el tiro de tres, aunque un 33.5% en su carrera NBA no es malo. En D-League se mantiene en un 33.7%, con 44.5% en tiros de campo y un mejorable 76% en libres. Gran ayuda en el rebote y buena capacidad de pase la avalan. Firmó algún triple doble la pasada temporada.

La apuesta por McCallum es importante. Es un sueldo alto, estará entre los jugadores que más percibirán en el plantel de la próxima temporada. Al base iban dirigidos gran parte de los euros que quedaban en el presupuesto porque se consideraba una posición esencial en la que dar un salto de calidad con la salida de Oliver Lafayette, que encontró acomodo en el Virtus de Bolonia. Dos nombres en tal posición fueron los que más cerca estuvieron de vestir antes de verde. La oferta por Bryce Cottom llegó tarde, cuando ya se había comprometido con el Perth australiano. La de Marcelinho Huertas se congeló cuando, con una pirueta con agentes de por medio, llegó la proposición del Baskonia, un tercio más alta económicamente. De transfondo, la batalla de nervios, por más que las cartas parecieran marcadas, con Jayson Granger por medio.

La opción de McCallum fue tanteada con anterioridad, dentro de la amplia lista de directores de juego que se manejaba, pero al principio del verano la mente del base nacido en Wisconsin estaba en encontrar un contrato en la NBA y en los planes del Unicaja se privilegiaba alguien con experiencia en Europa. Su participación en la Summer League con Houston Rockets no fue descollante y la oferta del Unicaja, después de que se cayeran otras opciones más a tiro, le sedujo para salir por primera vez de los Estados Unidos.

Es un escenario nuevo para McCallum. El gran quid es cómo será su adaptación a Europa. Los especialistas consultados auguran una óptima translación de sus cualidades al baloncesto FIBA, pero siempre entraña riesgo la novedad. El mercado, no obstante, obliga a la audacia. No es algo exclusivo del Unicaja. El Barcelona también se lanzó por Phil Pressey o el Fenerbahce a por Jason Thompson, jugadores que saltan desde Estados Unidos directamente. La NBA paga el mejor talento europeo y también hay una fuga cada vez mayor hacia China. Y hay que reponerlo con excedente de Estados Unidos aún sin testar.

Los informes personales de McCallum son buenos. Su ética de trabajo fue forjada por su padre, antiguo jugador y después entrenador universitario. El nuevo jugador del Unicaja obvió ofertas de UCLA, Arizona, Oklahoma y Florida, la crema de la competición, para entrenar a las órdenes de su progenitor en Detroit. Tras brillar y conseguir logros importantes con una pequeña universidad de Michigan, McCallum fue elegido en el draft de 2013 con el número 36 por Sacramento Kings, ya en la segunda ronda. En sus dos primeras temporadas tuvo cierto protagonismo, con 103 partidos con 20 minutos de media a las órdenes de George Karl. Actuaba como suplente de Tyreke Evans.

Después fue traspasado McCallum a los Spurs, en el verano de 2015. Alternó la D-League (con los Austin Tors) con el gran equipo tejano, en el que tuvo 31 partidos con 8 minutos de media. Una vez cortado en febrero, tuvo dos contratos de 10 días para ayudar a los Grizzlies en medio de una plaga de lesiones larga. Pero tampoco continuó en Memphis.

En el pasado ejercicio, el nuevo base del Unicaja realizó la pretemporada con los Pistons, pero no llegó a debutar oficialmente porque fue cortado en la semana previa al inicio de la competición. Llegó el fichaje por Grand Rapids Drive, equipo con filiación con Detroit. En medio de sus grandes números en la particular atmósfera de la segunda competición hubo un par de contratos de 10 días con Charlotte Hornets sin que llegara a debutar con el equipo.

Ahora le llega a McCallum el salto a Europa para jugar en la Euroliga. Una plataforma que también es vista por jugadores de perfil medio-bajo para la NBA como un vehículo para llegar otra vez a la mejor liga del mundo. De su rendimiento dependerá en buena medida su futuro y también el del Unicaja en una temporada en la que el base es un punto de mejora importante. Trabajar cada día con Alberto Díaz seguro que le ayuda a digerir la filosofía de Joan Plaza. En el Unicaja había ayer bastante satisfacción con el fichaje de Ray Michael McCallum Junior, la marcha extra para la próxima temporada.

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