"Otro partido importante y Nedovic no ha venido". Es el mensaje de una persona con varias décadas de experiencia en el baloncesto al referirse a la actuación del escolta serbio ante el Real Madrid. 11 puntos (2/7 en tiros de dos, 1/3 en triples y 4/5 en libres), tres asistencias, dos rebotes y siete pérdidas de balón para una valoración de dos en 21 minutos en pista. "Por esto juega con nosotros y no en el Madrid", dice un aficionado cajista mientras apura una cerveza tras acabar el partido.

El partido ante el Madrid había llevado a un desenlace que se hubiera firmado. Nedovic entra en pista a 7:31 para el final. Hay que destacar que su partido en defensa había sido bueno para los cánones habituales, más intenso y alerta. El peaje fue que cometió su tercera falta al inicio del tercer periodo y eso le tuvo más de 12 minutos seguidos fuera. Entra con 67-69 a favor del Unicaja. Pierde un balón y mete una bonita bandeja (69-74). Falla un triple previo al 77-77, pierde otro balón más tarde, encesta el triple que da vida (86-84) a falta de 51 segundos y pierde es balón tras el manotazo no pitado de Campazzo para salir del duelo dejando su hueco a Salin por tener sangre en un mano. Más acciones negativas que positivas. Nadie duda del talento de Nemanja Nedovic y de su excelsa calidad.

Pero el paso que le falta es esa continuidad en los momentos de máxima tensión para decidir partidos. Ha tenido actuaciones enormes para llevar el barco a buen puerto, pero en finales igualados no ha habido tanta excelencia. En el ecuador de su tercera temporada en Málaga, Nedovic ha progresado como jugador y se ha hecho más compacto. No aún lo suficiente para ser fiable en los finales apretados.