El asimétrico calendario de la Euroliga propicia que la fase regular acabe como empezó, con un duelo ante el Fenerbahce, vigente campeón. Desde octubre a abril ha sido un viaje alucinante, un tobogán de sensaciones. Salvo en contadas excepciones, el Unicaja ha competido siempre contra los mejores del continente. Queda el resquemor de que se pudieron ganar más partidos, una decena de encuentros se fueron por cinco puntos o menos. Ahí estuvo la diferencia. Es décimo y será noveno si gana hoy en Estambul y pierde el Maccabi en Valencia. Puede caer hasta la 13ª posición si sale todo mal y se pierde y ganan Valencia, Estrella Roja y Bamberg. Ser noveno o 13ª no cambiará demasiado la percepción ahora mismo. Con el tiempo sí puede ganar algo de valor.

Sí ha calado que hay que estar en la Euroliga, que es un AVE del que no hay que descabalgarse. Y esa ambición de estar ahí de manera perenne debe impregnar a todo el club, desde la alta dirigencia hasta la plantilla. Se cocina una competición que agrandará aún más la diferencia de presupuestos. Cuanto más se ausente el Unicaja más grande será el hueco e igual el tren se va para siempre. La coyuntura en los 90 hubiera seguramente perpetuado a Joventut o Estudiantes ahí. Ahora el Unicaja está en situación. Hay que pelear en la ACB para regresar a la Euroliga y figurar en la pole por si en algún momento se decide cerrar la competición con ascensos y descensos con la Eurocup. Hay que valorar que se queda por delante de tres equipos con licencia A como el Armani, el Barcelona y el Efes. También el Zalgiris está por arriba con menor presupuesto. El dinero vertebra la competición pero, afortunadamente, concede resquicios a quien hace las cosas de manera brillante. El Unicaja ha sido competitivo pero ha faltado esa pizca talento, acierto o genialidad. Es dinero, pero no sólo dinero.

La visita a Estambul es el colofón a la aventura. Plaza insistía en la previa en ese objetivo del noveno lugar como señuelo para competir con el Fenerbahce. Cayó el equipo del maestro Obradovic en el debut en el Carpena, pero ahora la máquina se ha puesto a funcionar y hasta que llegue a Belgrado será difícil pararla. Ha ganado 12 de los últimos 14 partidos en una segunda vuelta sensacional. No tiene nada en juego el Fenerbahce porque será segundo ocurra lo que ocurra, tiene a dos victorias al primero y al tercero. Es un buen colofón de competición para el Unicaja, que desde mañana a las 21:00 horas sólo debe tener un objetivo: regresar el año próximo. La Euroliga ha exprimido mucho pero ha permitido alcanzar un nivel de juego y competición con poco parangón. Han caído 450.000 euros y puede venir un extra. Ya se sabe lo que es la Euroliga. No estará Soluade, que se produjo una microrrotura fibrilar en su cuádriceps derecho.