No es cuestión de utilizar la palabra final en vano. Es manida y se minusvalora con su uso. La final se reserva para ganar un título. Pero el partido de esta tarde es trascendente. El Unicaja recibe al Valencia. La vara de medir del equipo que preside el propietario de Mercadona ha sido durante mucho tiempo el club malagueño, era como un anhelo inalcanzable desde que en una matinal de mayo de 2004 en La Fonteta se abrieran las aguas con aquella victoria en el quinto partido de cuartos de final de la ACB. El proyecto taronja zozobró y el Unicaja saltó hasta los títulos. Ni una cosa ni otra hubiera ocurrido si la aparente locura de Scariolo de plantear 40 minutos de defensa en zona no hubiera salido bien.

Despojado el Unicaja de la licencia de la Euroliga, la cuarta plaza de la ACB para la máxima competición queda abierta. Sería extraño que entre los dos contendientes hoy y Herbalife Gran Canaria no estuviera el ganador de esta particular carrera en el segundo escalón español. Y, a expensas de las ventoleras de Bertomeu, aunque la pelea se planteará en clave anual, estar en la Euroliga, más ahora que nunca, es oro molido.

La pelea está abierta. En el primer tercio de Liga hay igualdad (7-3). Se está rifando a corto plazo una plaza de cabeza de serie en la Copa del Rey. Quien gane hoy se perfila muy bien. Y, más a largo, estar en el Top 4 a final de la temporada regular, entre el selecto grupo de los licenciados. El factor cancha puede estar en un triunfo. Puede ser exagerado, pero es un encuentro con aroma de play off en el mes de diciembre. Dos equipos con cuentas pendientes, con rivalidad histórica forjada en este siglo, con jugadores que anduvieron el camino inverso (Lafayette y Nedovic en Málaga y Will Thomas en Valencia).

Vive el Unicaja un momento excelente. 10 victorias en los últimos 14 partidos, seis en los siete últimos. Además, con la plantilla al completo tras el regreso de Nedovic. Pese a la cautela con la que se envolvió su caso, el serbio jugó 20 minutos en su regreso. Y, más allá de la falta de ritmo, la mejor noticia es que se le vio tan explosivo como suele. Con ganas de agradar abundantes. "En dos partidos veremos otra vez al Nedovic que conocéis", decía tras el encuentro, aún sobrecogido por el recibimiento del Carpena. El Valencia le motiva. El año pasado dio un recital en el partido de Liga regular y a punto estuvo de propiciar la toma de La Fonteta en el primer partido de cuartos. Fue dado de alta, como se esperaba, por Juanjo García.

Queda, no obstante, recorrido para encontrar una mejor versión del Unicaja, para añadir jugadores a la primera línea. Enfrente hay un rival sólido, con varios jugadores de amplia trayectoria conjunta en Valencia, con un espinazo sólido. Distantes del galáctico nivel que el año pasado le hizo enhebrar una treintena de victorias. Pero muy competitivos y sabedores de que en Málaga tienen mucho que ganar.