Domingo de Ramos y un equipo denostado por lo deportivo. Mala combinación para que el derbi andaluz, que guarda poca relación con el del fútbol, tenga el color de otros años. El Unicaja se presenta hoy en San Pablo con la lengua fuera tras doble compromiso europeo y por los pelos dentro de su margen mínimo de descanso, si así se le puede llamar. Es por ello que pese a ser domingo el cuadro cajista juega ante el Real Betis Energía Plus a las 18:00 y es por eso que en Sevilla están que trinan. Aquello del pobre que paga la alegría del rico, dicen.

Y no está precisamente católico el Betis. El equipo de Óscar Quintana sigue en zona de descenso y el proyecto en sí nunca ha llegado a arrancar. Ni la temporada pasada con Berni y el cambio de nomenclatura, ni este tras salvarse de caer a LEB por lo económico; materia que sin embargo es el gran peso que tiene encima la entidad sevillana, que vive en un intríngulis constante, al borde del desastre desde hace años. Por lo pronto, el conjunto verdiblanco está 17º con cinco victorias y 18 derrotas en una zona de peligro con más complicación que otros cursos. El anterior, sin ir más lejos, Manresa andaba descolgado desde muy pronto. Aquí hay cinco equipos en un margen de tres triunfos con Zaragoza (7-16), Bilbao (7-16), Burgos (6-17), el mismo Betis y Joventut (4-19).

No es esto razón para que el Unicaja se pueda dejar llevar. No sería difícil que ocurriera después del doble choque de Euroliga y el escasísimo tiempo de entreno y descanso. Se está pagando la novatada en el formato continental y eso empieza a hacer mella también en ACB, donde el Unicaja se dejó este pasado domingo una victoria que habría sido importante contra el Montakit Fuenlabrada. Plaza habló entonces del agotamiento, pero si abajo hay igualdad, arriba tampoco están las cosas para que se escape un rebote.

Es sexto ahora mismo el conjunto malagueño con un balance de 14-9, empatado con Andorra y Gran Canaria. Se podrán quejar los clubes de la exigencia del calendario Euroliga, pero lo indudable es su rentabilidad y todo el mundo quiere estar ahí. Más de 400.000 euros lleva ingresado el equipo solo con las victorias que acumula en la competición, amén de otros 200.000 por participar. Con el equipo eliminado tras la derrota de anteayer frente al Brose el empeño está puesto en regresar y sólo queda una vía: ser el mejor de los sin licencia, como hiciera de sobras Valencia Básket tras ganar la Liga. Ese destino se alcanza con regularidad por el camino; un sendero que va a exigir mucho de este Unicaja que ha perdido dos de los últimos cuatro partidos ligueros. Retomar la regularidad es estrictamente necesario y se empieza por San Pablo.