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Remar otra vez río arriba

  • El Unicaja se enfrenta a su peor momento desde noviembre, por resultados y por sensaciones aún con muchísimo en juego

Joan Plaza aplaude en un partido reciente.

Joan Plaza aplaude en un partido reciente. / javier albiñana

"Veo al equipo cansado", concedía en la rueda de prensa tras la derrota ante el Fuenlabrada Joan Plaza. El Unicaja ha bajado el pistón y se le ven más las costuras. Es un equipo que, Nedovic aparte, no tiene un talento desbordante. Que depende del esfuerzo y la intensidad. Cuando faltan piernas y energía sufre. Y ha perdido el contrapeso de una referencia interior solvente como Giorgi Shermadini. Es aún marzo y ya se ha rebasado la frontera de los 50 partidos. Quedan, mínimo, 15 encuentros más, 11 de ACB y cuatro de Euroliga.

Desde mediados de abril hasta finales de mayo, final de temporada regular, llegará la rutina de un partido por semana previa a los play off. Pero antes quedan cuatro semanas a ritmo Euroliga. El reto es recuperar al equipo física y mentalmente, reordenar roles y centrar el objetivo, que no es otro que ser el mejor equipo para volver a la Euroliga el curso próximo. Livio Jean-Charles aterriza hoy para dar algo más de profundidad a la rotación. Se ha sobrecargado a Augustine en los últimos partidos y la rodilla le duele. Lo reconoció veladamente tras caer ante el Fuenlabrada, pero Plaza seguramente erró al no dar más minutos a Viny Okouo ante el Panathinaikos y al equipo madrileño. En ambos casos salió en el primer tiempo y cumplió de manera sobrada. Dio el nivel físico (con sus errores) ante el tremendo arsenal de interiores del Panathinaikos y repitió ante el Montakit Fuenlabrada. No mereció, a juicio del entrenador, minutos en la segunda mitad. Pasó hace semanas algo parecido con Morayo Soluade. Ofreció energía y piernas frescas, con sus lógicos errores de inexperiencia, en un momento complicado. Pero no ha tenido continuidad.

En ese equilibrio frágil en el que los entrenadores tienen que transitar, la posición de tres chirría. Y es que Waczynski ha bajado un poco el diapasón y Dani Díez y Milosavljevic ensartan algún tramo de partido brillante con otros menos sólidos. La cohabitación no es fácil, no hay muchos minutos. Rendir con la guillotina encima no siempre es sencillo. Suele referir Joan Plaza que conforme pasa la temporada se entienden mejor algunas de las decisiones que toma con anterioridad y que tienen díficil encuadre.

Viene una semana complicada, con tres partidos, ante Barcelona, Bamberg y Betis con un viaje a Alemania por medio. Los partidos ante catalanes y bávaros tienen la trascendencia que se le quiera dar desde el honor, también el dinero (75.000 euros valen las dos victorias) y el prurito de que no es lo mismo acabar la Euroliga décimo que decimocuarto. Ha estado el Unicaja media competición entre los 10 mejores y con opciones serias de pelear el Top 8. Pero la realidad es que la ACB es lo que importa.

La Euroliga no debe ser un sufrimiento y sí un banco de pruebas para recuperar jugadores para la causa. Jean-Charles no puede rodarse ahí, pero sí hay minutos para los canteranos o para esos treses que no acaban de ubicarse. Desde noviembre no había un momento tan delicado como el que atraviesa ahora el Unicaja, por sensaciones y por resultados.

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