En 2008, en un partido de LEB en Rincón de la Victoria, el Clínicas Rincón recibía al Basquet Mallorca. Fermentaban en aquel equipo Vitor Faverani, Paulao Prestes y canteranos malagueños como Ernesto Díaz, hermano de Alberto, Adri Fuentes, Pablo Movilla y Rai López. Enfrente estaba un equipo con varias bajas por lesión. Alineó simultáneamente a dos jóvenes de 16 años que impactaron a quienes estaban aquella noche en Torre de Benagalbón. Sus nombres eran Miki Servera y Joan Sastre.

El Unicaja fichó a Servera, que se incorporaría la temporada siguiente a Los Guindos. Lo mismo ocurriría con Joan Sastre y el otro equipo andaluz de ACB, el Cajasol. Servera debutó de la mano de Aíto, uno de los mas jóvenes de la historia de la entidad, en partido oficial, pero no se consolidó. Ahora está en el Tecnyconta Zaragoza, con minutos de muy de fondo de banquillo.

Y Sastre empezó a madurar y en el Cajasol coincidió con Joan Plaza, que le hizo debutar en la ACB con sólo 18 años. Con 19 ya era frecuente en la rotación. Y, en 2011, Plaza y Sastre jugaron juntos una final de la Eurocup. Fue en Treviso, ante el Unics de Kazán. Sastre no jugó en el partido definitivo, pero sí en la semifinal (entonces se disputaba en formato de Final Four, seguramente más sugerente que el actual) ante el Benetton de Treviso que dirigía Repesa y en el que estaban Markovic y Toolson.

Hoy Sastre está en el Valencia, convertido en un jugador importante de la rotación (14 puntos el sábado) y al que Sergio Scariolo vigila muy de cerca. Enfrente, en otra final, el técnico que le hizo debutar en la élite.