El próximo viernes 30 de junio aparece como punto de inflexión en la postemporada del Unicaja. Antes de esa fecha debe decidir sobre dos contratos que entrarían en vigor para la temporada próxima, los de Jamar Smith y Kyle Fogg, si no se rescinden antes. El Unicaja ha dilatado su decisión sobre ellos. A ambos los tiene en buena estima y sin restricciones de cupos de extracomunitarios seguramente serían parte de la plantilla próxima.
El Unicaja empieza a asumir que Jamar Smith no va a cortar su contrato. Parecía la primera opción cuando acabó la temporada. Sus agentes habían planteado la posibilidad de una mejora en el vínculo suscrito para la próxima temporada. El Unicaja se remitió a la subida significativa ya recogida en lo que sería su tercer año en Málaga. Los agentes de Smith han tanteado el mercado y, a poco más de una semana para el plazo, no tienen ninguna oferta que mejore sustancialmente lo que ofrece Málaga. Sobre todo porque, en igualdad de condiciones, Jamar Smith prefiere quedarse en la Costa del Sol, donde nació una hija y donde está encantado con el trato recibido por el club y la afición. Más allá de la posibilidad de competir en la Euroliga y la buena química que hubo en esta temporada pasada.
Cortar a Smith cuesta 25.000 euros. El otro americano, Kyle Fogg, tendría un sueldo más bajo que Smith la temporada próxima pero cortarle cuesta más, 70.000 euros. La idea cuando se reunieron Joan Plaza y los responsables del club era liberar alguna de las plazas de extracomunitarios para tener más bazas a la hora de fichar a un base y un pívot, las posiciones en las que a día de hoy existen huecos. Así que hay una semana para decidir si hay continuidad o no.
La opción de Oleson, bien valorada, no es realizable hasta el momento en el que se rompiera algún contrato. Hay siete exteriores (Díaz, Fogg, Smith, Nedovic, Waczynski, Milosavljevic y Díez) firmados. Y hay que fichar a un base.
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