unicaja-Baskonia

Cómo indultar a un rival (72-73)

  • El Unicaja deja vivo al Baskonia, que arranca un triunfo valioso del Carpena

  • Mal día de Nedovic (3/17), que no estuvo fino en el final

El Baskonia llegó a Málaga con dudas, aún en reconfiguración tras la llegada de Pedro Martínez, y el Unicaja le prestó alas para que el equipo vasco vuele. Irá irremediablemente hacia arriba con la mano del técnico catalán, que tras el partido reflexionaba sobre lo importante que había sido dar cuatro pases en la penúltima jugada del partido para que Voigtmann anotara bajo el aro la a la postre última canasta del duelo. Fue el 72-73 definitivo porque el ataque posterior del Unicaja fue un ejercicio de impotencia cuando quedaban ochos segundos y hubo dos tiempos muertos. Fue un cara o cruz al final, pero el error fue llegar hasta ahí. Y, una vez en ese trance, jugarlo mal. En los dos últimos minutos se repitieron errores posesión a posesión.

Seguramente no iba con segundas la frase de Martínez, pero de alguna manera retrató lo que le ocurre al Unicaja, cuyo ataque estático es un dolor de muelas. Hay algunos analgésicos, como el rebote ofensivo (21 en el partido, 12 en la primera mitad). O cuando Nedovic está inspirado para dividir defensas y anotar o pasar. Pero ayer tenía la persiana bajada el serbio, obtuso como no suele. En su proceso de maduración se le veía mejorar a la hora de discernir cuándo pasar o anotar. Ayer se obcecó en el cuarto final con triples lejanos, como el último del partido después de que no se supiera crear una situación de tiro mínimamente ventajosa cuando quedaban ochos segundos y tras dos tiempos muertos, uno después de que el Baskonia agotara la falta para el bonus que le quedaba.

36%Tiros de campo. Fue el mal porcentaje que tuvo el equipo malagueño en el lanzamiento

No se circunscribe el partido a ese minuto final. El Unicaja le dio demasiadas vidas al Baskonia. Salió mejor al partido, con los dos equipos en altos niveles de intensidad que cristalizaron en un amago de bronca importante entre Brooks y Shermadini, saldada con doble antideportiva. Pero siempre mandaba el equipo malagueño. No todo es negativo. Se ven algún brote verde en el Unicaja, como Shermadini. Ha encadenado varios partidos con impacto positivo el georgiano, que firmó un doble doble ayer y, sin embargo, quedó la impresión de que no se le optimizó. La mayoría de sus cinco canastas vinieron tras un rebote de ataque, no se trabajan situaciones para que anote en continuación o se le abren los espacios para que postee. Es ese un campo de mejora importante en el equipo. Suele repartir un número alto de asistencias el Unicaja pero la mayoría son tras creación en el bote. Los cuatro pases de los que hablaba Pedro Martínez en la última jugada son los que dio el Unicaja en sus cuatro últimos ataques.

Dominaba el Unicaja ante un rival que estaba dubitativo y con la necesidad de ganar para que no se le pusiera cuesta arriba la Copa del Rey (20-13 al final del primer cuarto). Estaba con la cuerda tensa el partido, con el Unicaja cerca de irse por más de 10 puntos, pero el Baskonia respondiendo. Abrumaba el equipo malagueño con el rebote de ataque, poderoso. Pero el colchón no se sostendría con un pobre 36% en tiros de campo, el que tuvo al final el equipo. Con 43-35 se llegaba al descanso.

Y esa conexión del Baskonia que se temía llegó tras el descanso. Primero Poirier, después Beaubois. Un parcial de 0-11, extendido hasta un 1-16, llevó al equipo vitoriano a una ventaja de seis puntos (46-52). Voigtmann (12 rebotes acabaría) también avisaba. Y el Unicaja estaba colapsado ofensivamente. Reaccionó con algunas acciones de McCallum, del que no gusta que falle tiros libres en momentos de tensión. Un triple tremendo de Salin desde la esquina y en carrera daba aire antes del cuarto final (56-59).

Beaubois estiraba el partido (63-69) y el Unicaja sufría, pero un triple de Waczynski aliviaba. Plaza cambió el rumbo del partido con una zona que se atragantó al Baskonia. Robó Nedovic un balón y metió un mate, parecía que podía revertir su partido. Salvó otro balón el serbio que se perdía y en el contraataque metió Brooks (72-71). Quedaban dos minutos y todos los ataques del Unicaja fueron negativos. Voigtmann metió la decisiva y la derrota se fue para Vitoria. Y queda mal poso.

Unicaja (20+23+13+16) 72: Díaz 0, Nedovic 12, Milosavljevic 0, Brooks 11 y Shermadini 10 -quinteto inicial-. Salin 3, Díez 5, Waczynski 9, Augustine 2 y Suárez 10.

Baskonia (13+22+24+14) 73: Granger 6, Beaubois 15, Garino 0, Shengelia 15 y Poirier 5 -quinteto inicial-. Timma 12, Voigtmann 9, Malmanis 0, Huertas 2, Janning 7 y Diop 2.

Árbitros: Jiménez, Araña y Serrano. Sin eliminados.

Incidencias: 7ª jornada de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. Unos 8.000 espectadores.

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