Unicaja

Una tunda previsible en Moscú (101-76)

  • El Unicaja no estuvo nunca en el partido ante el CSKA y el pase al Top 8 ya es casi imposible

McCallum, entre Sergio Rodríguez y De Colo.

McCallum, entre Sergio Rodríguez y De Colo. / Efe

No se le había perdido nada en Moscú al Unicaja. La aproximación anímica al partido no fue buena y cayó la lógica tunda del CSKA, el equipo con mejor ataque de la competición. Acceder al Top 8 se acerca a la quimera. Hay que acabar lo más dignamente posible la competición, no con derrotas tan amplias (101-76). Pero entra dentro de lo posible caer de esta manera ante la máquina moscovita. Poco que rescatar del encuentro. Si acaso, los minutos de Augustine. Era duda, pero ofreció un nivel cercano al suyo habitual. No hubo lesiones, otro aspecto positivo. Y poco más.

Era un partido de alguna manera incómodo, por la entidad del rival y porque la mente seguramente estaba en otro lugar. El CSKA, un rodillo, salió con las calderas a tope y endosó 30 puntos en el primer cuarto. Metía Kurbanov (siete puntos de arranque), el Chacho hacía magia, Hunter y Hines aparecían por la zona... Viny salió de titular y le colocó un monumental tapón a Hines. Evidentemente, se le vieron las costuras. Rápidamente acudió Plaza a Augustine. Jugó 11 minutos seguidos, así que parecía mejor de sus molestias físicas que le hacían duda.

30-20 era el resultado tras el primer cuarto. Una proyección de 120 puntos encajados que se mantenía en el segundo cuarto. De Colo y Clyburn, el arsenal moscovita es infinito, se sumaba. Y Westermann, un base que no anduvo lejos de recalar en Málaga en verano, metía dos triples. 50-27, 23 puntos, marcaba la renta local mediado el periodo. La tormenta era gorda, pero amainaba antes del descanso. Con el regreso de Nedovic y Milosavljevic mejoró el panorama. 17 puntos entre los dos al descanso más 10 de Augustine aumentaban el caudal ofensivo, pero el CSKA continuaba en su habitual ritmo alto de anotación, por encima del 60% en tiros de campo. Insostenible aunque se bajaba el hueco (57-43).

Intentaba el Unicaja engancharse tras el descanso, pero resultaba imposible con la facilidad que anotaba el CSKA. Sergio Rodríguez, en su espléndida madurez, proveía y metía. Nedovic daba algo de réplica, pero cometió una técnica por protestar una falta no pitada delante y otra recibida atrás. Lo sentó Plaza, poco después hizo lo propio con Augustine y sonó a aquello que dijo en la previa de que tenía que dosificar a sus jugadores si el partido en el último cuarto estaba decantado. Lo estaba antes, ciertamente.

El cuarto final fue un festival de De Colo, al que Itoudis dosificó. No se le había extraviado nada al Unicaja en Moscú. Se perdió un partido con el que nunca se cuenta en las victorias. Por un margen demasiado grande, pero la mente estaba en otro lado. En el domingo ante el Gipuzkoa. Ahí sí que no se puede fallar.

CSKA Moscú (30+27+22+22) 101: Rodríguez 11, Higgins 8, Kurbanov 10, Vorontsevich 2 y Hines 7 -quinteto inicial-. De Colo 23, Rudd 2, Fridzon 2, Westermann 9, Antonov 4, Clyburn 13 y Hunter 10.

Unicaja (20+23+18+15) 76: McCallum 7, Nedovic 15, Milosavljevic 8, Brooks 2 y Okouo 4 -quinteto inicial-. Soluade 2, Díaz 7, Salin 3, Díez 7, Waczynski 5, Augustine 12 y Suárez 4.

Árbitros: Radovic (CRO), Latisevs (LAT) y Bissang (FRA).

Incidencias: 25ª jornada de la Euroliga. Pabellón Megasport de Moscú. 9.344 espectadores en las gradas.

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