Unicaja

Una despedida alegre (87-85)

  • El Unicaja logra la victoria en la prórroga ante el Olympiacos tras un notable partido en el que la Euroliga abandonó Málaga hasta nueva orden

Nedovic bota el balón ante Kim Tillie.

Nedovic bota el balón ante Kim Tillie. / Euroleague

La Euroliga deja Málaga hasta nueva orden (más bien, logro del Unicaja) con una victoria (87-85). Igual fue una manera poética, le costó irse de Málaga a la máxima competición continental. El partido fue a la prórroga, cinco minutos extra, que igual son un castigo para el domingo ante el Madrid pero que este Viernes Santo sabían muy dulces después de que Augustine metiera una canasta a falta de 2.5 segundos para amarrar el triunfo. Penetró Nedovic, dobló y el americano la clavó desde el lateral, a cuatro metros. El Olympiacos, que se jugaba cosas en Málaga y uno de los equipos más tenaces, igual el que más, de la competición hincó la rodilla. 

El Carpena, más de media entrada en un día poco propicio, vibró con el triunfo, se fue encendiendo. El Unicaja está eliminado de esta Euroliga por no haber sabido jugar finales apretados, por no haber rematado tras competir de manera excelente en muchos partidos. Calidad o sapiencia, es un debe a mejorar. De alguna manera, la afición le despidió hasta el año próximo. El primer partido de la temporada fue una victoria ante el Fenerbahce y el último en Málaga un triunfo ante el Olympiacos, muy probables equipos de Final Four. Por medio han quedado muchos partidos que deben servir para crecer, para tomar experiencia. Para aprender de aquí a final de temporada, cuando se juega el billete para regresar el año que viene.

Amenazaba con ambiente desangelado, pero el Carpena se fue poblando. La charanga estaba en su mínima expresión. Pero ver el último partido de la Euroliga en Málaga hasta no se sabe cuándo merecía un esfuerzo. También contemplar cómo Vasilis Spanoulis se convertía en el máximo asistente de la historia de la competición, superando a su compatriota Diamantidis. El genio de Larissa, a sus 35 años, aún es determinante en Euroliga. Ha estado en formol media temporada y ahora llega su territorio favorito, play off y Final Four.

Salió el Olympiacos más enchufado, la lógica indicaba que así sería porque se jugaba aún amarrar la tercera plaza y el factor cancha. Spanoulis dictaba una master class rápida en el primer cuarto, en el que daba cuatro asistencias y manejaba el ritmo del duelo. No falló un tiro de dos el equipo griego hasta el segundo cuarto, llegó a ir 9/9, más un 2/4 en triples. Pese a ellos, el Unicaja se sostenía en el partido. Primero, con una ráfaga de Nedovic, ocho puntos en minuto y medio. Dio aire el serbio. Empujó el Olympiacos y una canasta sobre la bocina de Suárez dejó el marcador en 19-22 al final del primer cuarto.

El segundo periodo del Unicaja fue excelente, cambió el ritmo del duelo McCallum, con una marcha más. Seguramente en otro contexto y con otro entrenador que le dejara más a su bola podría verse una mejor versión. Pero es cierto que se le baja la cortina y no tiene una capacidad alta de lectura del juego. Es de piñón fijo para ser importante. Lo fue en este segundo cuarto, en el que anotó cuatro tiros sin fallo (nueve puntos) y le confirió alegría a su equipo. Capítulo especial para Carlos Suárez, convertido en un factor estupendo de repartidor de juego en el poste alto. Nunca fue mal pasador, en absoluto, pero en su evolución integral como jugador ha pulido esa cualidad para ser el cuarto mejor asistente del plantel, con más de dos unidades por duelo. Al descanso llevaba cinco. El Unicaja consiguió la sangría de canastas fáciles, Augustine se hizo poderoso y la diferencia fue creciendo. 28-11 fue el parcial de 10 minutos estupendos (47-33).

Cabía esperar una salida poderosa del Olympiacos, necesitado de la victoria. Y así fue. Un par de puntos más de nivel defensivo, un Milutinov que tuvo partidos más certeros pero con mucha presencia en las dos canastas. Y otra vez con la batuta de Spanoulis para repartir juego. Podía correr el Olympiacos y el Unicaja se atascaba. Nedovic insistía, pero no atinaba a quitar la tapa del aro. En ocho minutos había anotado el Unicaja sólo cuatro puntos. También era previsible, pese a su gran segundo cuarto. Ha sido habitual. Y Spanoulis empataba el partido en el minuto 28 (51-51). Del recital del segundo cuarto al colapso, una constante de la temporada. Otro triple de Spanoulis y una canasta de McLean constataban un parcial de 4-23 sonrojante que propiciaba los pitos del Carpena. Tiros libres de Okouo y Milosavljevic dejaban la diferencia en dos puntos (54-56).

El ritmo del partido había cambiado, ya se jugaba a lo quería el Olympiacos, en su territorio de un partido en apariencia igualado pero que gana en altísimo porcentaje de duelos. Un par de rebotes de ataque hacían daño, como un triple de Wiltjer, ex compañero de Domas Sabonis en Gonzaga, sobre la bocina de la posesión. De nuevo tenía dificultades para anotar el Unicaja y el partido se marchaba. McLean barría otro rebote y el encuentro recordaba mucho al de semanas atrás ante el Panathianikos. La subida de nivel físico del rival había socavado la resistencia del Unicaja.

Un triple de Roberts desde la esquina a menos de tres minutos llevaba ya la renta a siete puntos (67-74). Pero tuvo arrestos el Unicaja pare competir hasta el final. Seguramente no era la mejor idea para tumbar el próximo domingo al Real Madrid, pero a ganar se aprende ganando. Nedovic metió dos tiros libres y robó el balón del saque de fondo para igualar el partido (74-74). Alberto Díaz le sacó una falta en ataque de libro a Spanoulis y Nedovic lanzó para golpear al Olympiacos, pero el triple no entró. Tampoco el de Spanoulis y el tiro tras el rebote de Milutinov. Así que el partido se fue a la prórroga. 

Comenzaron pegando en el tiempo extra Mantzaris y Tillie con sendos triples y recortó Alberto con otro. Milutinov se agigantó para dar más oportunidades a sus compañeros. Waczynski metió un triple tras un corajudo rebote de Alberto para igualar, pero Papapetrou respondió acto seguido. Como Waczynski tras el tiempo muerto de Plaza. El sino de esta Euroliga para el Unicaja ha sido competir y perder más que ganar.

Sin nada muy relevante en juego (bueno, 37.500 euros y escalar posiciones) más que el orgullo, defendió bien en la penúltima jugada el equipo malagueño y atacó para ganar. Nedovic penetró y dobló para que Augustine anotara un tiro corto. El triple postrero desequilibrado y lejano de Strelnieks no tocó aro. Y la Euroliga se marchó de Málaga hasta otra ocasión. Del crecimiento del Unicaja de aquí hasta final de temporada dependerá de si vuelve el año próximo o no. Merece la pena intentarlo.

Unicaja (19+28+7+20+13) 87: Díaz 3, Nedovic 17, Waczynski 10, Brooks 7 y Okouo 4 -quinteto inicial-. McCallum 13, Salin 7, Díez 6, Milosavljevic 3, Waczynski 10, Augustine 12 y Suárez 5.

Olympiacos (22+11+23+18+11) 85: Roberts 8, Spanoulis 15, Papapetrou 11, Tillie 7 y Milutinov 10 -quinteto inicial-. McLean 8, Brown 2, Strelnieks 10, Mantzaris 11, y Wiltjer 3.

Árbitros: Belosevic (SRB), Paternico (ITA), Mantyla (FIN).

Incidencias: 29ª jornada de la Liga Endesa. Encuentro disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 5.571 espectadores.

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