Unicaja

Los cuartos impares desequilibran la balanza

  • Los tres traspiés del curso han estado protagonizados por sendas malas salidas en el primer y tercer acto

Felipe Reyes rebotea en la zona ante la mirada, entre otros, de James Augustine.

Felipe Reyes rebotea en la zona ante la mirada, entre otros, de James Augustine. / acb photo.

Es pronto para sacar conclusiones con poso porque la muestra de encuentros aún anda lejos de ser representativa. Pese a ello, los siete encuentros disputados hasta la fecha si dejan algunas facetas en las que el equipo de Joan Plaza aún tiene un extenso margen de mejora.

Atendiendo a la frialdad de las estadísticas, todos los traspiés del Unicaja -dos en Liga Endesa y uno en Euroliga- llevan idéntica firma. No solo un factor conduce a la derrota, pero existe uno que por repetido amenaza con convertirse en un mal endémico. No está encontrando el plantel cajista la fórmula para arrancar con garantías los cuartos impares. Cuando lo hace, su porcentaje de conseguir una victoria aumente de forma considerable. De hecho, en sus derrotas siempre ha perdido el primer y el tercer parcial.

En la Supercopa hincó rodilla pese a imponerse tras la vuelta de vestuarios

Los rivales abren una brecha que acaba siendo una rémora para los cajistas hasta el final. Existen partidos donde no ha mostrado picos y ha conseguido reponerse, pero esa diferencia termindo siendo una losa demasiado pesada. Ocurrió en El Pireo y en Fuenlabrada. Versión diferente a la de la tarde de ayer, donde el Unicaja se abandonó cuando el Real Madrid comenzó a rozar ventajas cercanas a la veintena de puntos. Ahí el equipo perdió una de las señas de identidad que más le preocupan a Joan Plaza. Para alegría del técnico, no es una conducta ésta que se esté repitiendo con frecuencia. Eso sí, el cargado calendario puede invitar a ello en algunos instantes.

El primer aviso llegó al sur de Madrid. Los de Néstor Che García salieron en tromba y dibujaron un hueco que a los cajistas desgastó mentalmente. No es que no tengan cualidades para sobrevivir a remolque, pero con tanteos equilibrados se llegaría con más suficiencia a los minutos donde se desequilibra la balanza.

El inicio ante el Olympiacos se acercó más a lo dantesco. Cuando el club de Los Guindos se dio cuenta, el luminoso reflejaba un 21-6 preocupante por la diferencia de puntos y por la actitud de los griegos. Consiguió remar y llegar a tiempo, pero es jugar demasiado en la cuerda. En el Wizink Center se repitió idéntico guión, más acentuado el despiste tras el paso por vestuarios, y el desenlace fue más duro.

Existe un precedente contradictorio, que es el de la Supercopa. Salió en falso el Unicaja y aunque dio la cara tras el descanso, acabó hincando rodilla.

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