Unicaja

El cupo de dignidad

  • El Unicaja visita con poco aliento al Brose para apurar la Euroliga (19:00)

  • La sensación es de trabajo hecho, aunque lo económico compromete

Antepenúltima jornada de la Euroliga. Los mejores planes, los más optimistas, pudieron colocar al Unicaja en el Top 8. Tras ganar la Eurocup y volver a estar entre los 16 mejores del continente se hizo una fuerte apuesta para que el papel que jugase el equipo malagueño no fuese meramente testimonial. Se armó una buena plantilla y se dieron las llaves del equipo a Nemanja Nedovic, que ambicionaba con cotas altas, mirando a esa Final Four de Belgrado. El discurso realista, sin embargo, puso al equipo de Joan Plaza donde está: rondando el 50% en su balance y guardando noches grandes en la mochila. El Unicaja ha cumplido, puede decir, y lo que resta es seguir recolectando para llenar el cupo de dignidad... y algo más.

El cuadro costasoleño visita al Brose Bamberg (19:00, Movistar+) teniendo como principal motivación ese discurso de la profesionalidad y el apartado económico, que no haya engaño. 11 victorias, a 37.000 euros cada una, suponen más de 400.000 en las arcas del Unicaja. A ello se añadirán otros 200.000 por participar. La rentabilidad de esta nueva Euroliga iguala de por sí lo que el club ingresó ganando su hermana pequeña, y lo triplica con el buen papel que se ha jugado hasta el momento.

El triunfo en el Carpena ante el Barcelona de este miércoles fue otro impulso para el equipo, que andaba flaqueando en buena parte por una falta de energía que llevó ayer a incluso cancelar el entrenamiento matutino. Empieza a faltar el aliento y no es el mejor momento porque el calendario que hay por delante no contempla más de cuatro días sin partido hasta dentro de un mes. Tras el Brose, este domingo toca visitar San Pablo para el derbi andaluz con el Betis Energía Plus. Y después llegarán Olympiacos, Real Madrid, Fenerbahçe, Tenerife, Obradoiro y de nuevo Barcelona Lassa.

Psicológicamente puede ayudar al menos esa victoria del miércoles. Aunque en el último cuarto volvieron a pesar las piernas, el nivel de juego del Unicaja fue bueno y se sigue mostrando compromiso. Claro está que la baja de Shermadini ha dado donde más duele en el peor tramo de la temporada, y los problemas físicos de Augustine obligan a tener cautela. De ahí que se pongan muchas esperanzas en la llegada de Livio Jean-Charles para incluir una nueva pieza de nivel en la rotación interior que refresque a los castigados Brooks y Suárez, que cargaron con el mayor peso del tiempo por repartir. El madrileño, de hecho, se plantó casi en los 30 minutos ante Fuenlabrada y Estudiantes, como tuvo que hacer el de Louisville en la derrota con el Estrella Roja o el mismo Augustine con el Panathinaikos hace una semana.

Se tenga o no la lengua fuera, los factores emocional y económico deben mantener al equipo enchufado, que está pagando la novatada de una Euroliga tremendamente exigente. Y contando con que el único billete hacia la próxima se logra estando entre los cuatro mejores de España en el play off, toca apretar los dientes y "bajar el culo", como diría el coach Plaza.

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