Unicaja

Cuando con la experiencia basta

  • Rice domina los momentos clave del partido ante un Nedovic nervioso

  • El del Barça se fue a los 20 puntos

La de ayer fue una clara muestra de que sólo con el talento no se ganan partidos. A la calidad hay que sumar templanza y buenas decisiones. Quizá a Nemanja Nedovic le falten aún minutos de verdad en partidos como el de ayer, cuando los títulos están en juego. Todo lo contrario le ocurre a Rice, que lleva a la espalda decenas de batallas ante los mejores jugadores de Europa. Por eso anoche Rice terminó triunfando. Por eso el Barcelona y no el Unicaja está en semifinales.

Rice y Nedovic se contagiaron de los nervios de ambas tropas en la primera parte. El primero debía asumir la responsabilidad ante tantísima baja; el segundo, bien defendido por Renfroe, no encontró espacios. A pesar de todo, en el ambiente se palpaba que por las manos de ambos pasaba el devenir del encuentro.

La zurda del jugador del Barcelona se abrió camino y pronto Rice, con Nedovic ya en el banquillo, zarandeó la defensa cajista para paliar la desventaja inicial del Barça. Sin grandes alardes, pero demostrando que su mano izquierda vale un potosí. Un par de triples le bastaron para no descolgarse de la chepa del Unicaja cuando el partido estaba todavía en pañales.

Camino del descanso comenzó el Barcelona a despuntar. No lo hizo con Rice en pista, que regresó a la misma vez que el cajista, a seis del ecuador. Tiempo para demostrar, en el caso del culé, que él era el que debía mandar. Canasta eludiendo el intento de tapón de Musli y una asistencia deliciosa. Nedovic, destilando incomodidad a cada jugada, únicamente pudo anotar en una entrada a canasta muy suya.

El paso por vestuarios engrandeció el duelo entre Rice y Nedovic. El base del Barça comandó el recital de los de Bartzokas desde la larga distancia. Y, curiosamente, no lo hizo protagonizando el lanzamiento. Lideró al Barcelona, asumió galones. Demostró que es un jugador de Final Four. En el bando contrario, Nedovic se soltó la melena y vio aro con mucha más comodidad. Un triplazo amenazó con tapar la reacción azulgrana, lo mismo pretendió con un 2+1 al borde de finalizar el tercer periodo. Y, aunque pueda resultar extraño, el despegue del serbio coincidió con el Unicaja más deslavazado.

Nada mejoró en el equipo de Plaza, todo lo contrario. Cada ataque era un despropósito, cada intento de acercarse al Barcelona terminaba o bien con una pérdida o con un tiro a canasta con muy poco sentido. Nedovic no acudió al rescate de esa locura. Todo lo contrario, la hizo aún más grande. Dos balones a la esquina sin receptor en ella, una pérdida por meterse hasta la cocina. Nada salía en las manos del serbio, que dejó una mínima esperanza con un triple más tiro libre adicional.

Pero el día se pintó de azulgrana y fue Rice, quién si no, el que sentenció la contienda con un triple muy cómodo. Por algo dominó Europa. Por eso a Nedovic todavía le faltan horas de vuelo.

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