unicaja | panathinaikos

Un final prematuro

  • El Unicaja cae ante el Panathinaikos y queda virtualmente sin opciones en la Euroliga

  • Dominó durante tres cuartos el equipo malagueño pero el físico griego se acabó imponiendo

La Euroliga se le ha quedado un poco larga al Unicaja. El papel ha sido digno, se ha combatido casi siempre salvo dos asteriscos. Se han perdido muchos partidos ajustados por motivos variados, normalmente se ha dado la cara. Como ayer ante el Panathinaikos. Pero el equipo acabó derrengado, tras dominar tres cuartos y hasta por 14 puntos, ante la capacidad física y atlético rival más el cerebro de Calathes. Sólo por verle dar pases de campo a campo con izquierda o con derecha merece la pena acercarse a ver un partido. Esto es la Euroliga, un espectáculo sensacional, que el Unicaja ha intentado exprimir. Hablar de justicia en deporte es relativo. El equipo malagueño ha jugado para ganar más partidos. Merecerlo o no depende también de como concretar los duelos, es una suerte. Faenas taurinas se van a pique por fallar con el estoque. Le ha fallado eso al Unicaja.

Ayer fue el físico quizá lo que no le llegó para descifrar una defensa agresiva y con contacto que propuso Xavi Pascual. Al Panathinaikos se le vio una determinación tremenda para ganar el partido, incluso cuando perdía holgadamente. Se había complicado la vida y no quería hacerlo más. Mientras no le entraron los triples (1/17 llegó a ir) el Unicaja mandó. Rivers quitó el tapón al desagüe y ahí se fue el duelo para el equipo malagueño, que se aferró a un Carpena muy activo y que tenía ganas de tumbar al PAO. Los 58 puntos encajados en la seguna mitad evidencian inferioridad.

En un buen inicio de partido, el Unicaja tenía la tara de que concedía demasiados puntos en contragolpe o transición del Panathinaikos. Le ocurrió en el partido del pasado domingo ante el Delteco y pasaba en otro nivel. Ello impedía que la tijera se abriera. Los griegos erraban de manera contumaz en el lanzamiento exterior y ello daba fuerzas al Unicaja para proteger el aro, inclusoflotando.

La defensa del Panathinaikos era dura, con mucho contacto y manos. Tras el inicio, con buen acierto cajista, rozando el 60% en tiros de campo, hubo que hacer frente al colosal físico de los griegos. El Unicaja traqueteaba, pero acababa encontrando posiciones. McCallum desesperaba a Plaza. Alberto había pedido ya el cambio y el de Detroit metió un triple desequilibrado desde ocho metros. Es curioso, anota más en rectificado y con el fade away que en buena posición. Después se verían de nuevo sus abundantes carencias.

El 24-18 al final del primer cuarto se fue consolidando poco a poco. Buenos minutos de Viny Okouo para darle resuello a Augustine. Una canasta cerca del aro con la izquierda y una desde cinco metros, dos campos en los que tiene claro margen de mejora. Crecía la renta tras un triple de Waczynski (37-24). Calathes se desesperaba con sus compañeros. Y Nedovic dio una marcha más al final del primer tiempo para mantener la ventaja (44-32).

Seguía el Panathinaikos incapaz de meter un triple (1/14 al descanso, 1/17 llegó a estar), pero continuaba en el encuentro Se jugaba mucho el gigante griego y no se abandonaba. Buscaba rutas alternativas para meter y endurecía un punto más su defensa. Después de que Nedovic marcara una máxima (48-34), la respuesta fue rauda del equipo del trébol, con un 0-8 que jaleaba el más de centenar de aficionados del equipo que habían volado en el chárter fletado a Málaga por el club.

Dos triples de Rivers desatascaban la ofensiva griega y cambiaban el aire del partido completamente. El Panathinaikos corría y ganaba confianza. Nedovic dilataba un poco el sorpasso griego. Gist colocaba a tres al Panathinaikos (55-52), aunque Dani Díez sacaba tiros libres y Alberto Díaz metía un triple en transición (60-52) para dar aire. Pero venía la descarga del Panathinaikos, que dejaba el partido muy comprimido al final del tercer cuarto (60-58) tras varias buenas defensas con Antetokounmpo de dos.

Lekavicius metía un triple para dar la primera ventaja desde los primeros compases al Panathinaikos y acto seguido robaba un balón para meter una bandeja. El Unicaja había empequeñecido ante el nivel físico de los griegos, que volaban al contragolpe y endosaban un 0-8 en minuto y medio para romper el partido, 16-0 continuado para un muy inquietante (60-68). Quizá lo lógico, con las pocas opciones que quedan lo humano era rendirse. Pero el Carpena estaba encendido y no lo permitió. Plaza devolvió a pista a Nedovic y en otro parpadeo empataba (72-72) con canastas del serbio, Brooks y McCallum.

El bueno del partido era Calathes, que tiene la enciclopedia el baloncesto en la cabeza, cogió la batuta para repartir juego y para que Rivers aniquilara con dos triples matadores (74-83). Los griegos equilibraron su porcentaje de triples, inusualmente bajo, para llevarse el partido. Singleton dio aire con una técnica por colgarse del aro para evitar una canasta, pero el Panathinaikos tuvo el poso para dejar al Unicaja prácticamente sin opciones de Euroliga. Ahora, a pelear por volver.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios