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Este guión ya se había escrito

  • Partido para heóres alternativos

  • Nedovic, sin ritmo, repitió el ya habitual mal arranque de serie

Sólo los detalles definieron el primer choque de esta final de Eurocup. Después de cuatro derrotas con el Valencia Básket, la última sólo tres días atrás, el Unicaja tenía el guión bien aprendido. Llegó la quinta esta temporada y parece hacerse cuesta arriba, pero aún queda la oportunidad de forzar el tercer partido en el Carpena. Allí sí que no habrá margen para detalles: se necesita al grueso del equipo enchufado. Y eso incluye a un Nemanja Nedovic que demostró su hambre de títulos, pero acabó traicionado por la precipitación y la rotación, que le dejó fuera en momentos importantes.

No tuvo esa chispa y lo indicaba así Joan Plaza en sala de prensa. "Nedo se resintió del golpe, no tiene el ritmo aún explosivo que necesita para jugar y espero que el viernes sea capaz de jugar no mejor, sino a su nivel", comentaba el técnico catalán. Y por el arranque no parecía que fuera a ser así precisamente, porque fueron los primeros minutos los que permitieron ver la versión más eléctrica, valiente y socarrona del serbio. Rompió cinturas para un triple genial y acto seguido se cocinó una bandeja al contraataque tras robar el balón a Van Rossom. Fue cosa de diez segundos. A partir de ahí, nada más.

Nedovic se quedó en esos cinco puntos y varios intentos fallidos que se fueron apocopando hasta su desaparición. Los minutos iniciales le dieron el impulso para atreverse a todo y probó tanto un triple lejano como una penetración contra el muro taronja que no llegaron a buen puerto. Mientras, Joan Sastre aparecía en escena para ayudar al Valencia Básket a resistir la ventaja máxima de diez puntos repetida en dos ocasiones.

El partido acabó siendo de héroes si no inesperados, al menos alternativos. Lafayette y Viny Okouo dieron minutos de buen nivel durante el segundo cuarto mientras el Valencia se acercaba hasta empatar. El desacierto cajista precipitó las circunstancias. Si no era el día de Nedovic, que contemplaba el partido casi comiéndose las uñas, tampoco de un Waczynski negado en el tiro. Aprovechaba eso nuevamente Sastre, haciendo cinco puntos del parcial de 7-0 que equilibrió la balanza al descanso en La Fuente de San Luis.

Tampoco fue Fernando San Emeterio quien tirase del carro taronja, y eso que era uno de los esperados por Pedro Martínez. Era una de las grandes bazas del Valencia Básket para los momentos difíciles después de haber sacado adelante la semifinal contra el Hapoel de Jerusalén. Pero al final se quedó en su mínima expresión, como Nedovic, en escasos cuatro puntos con un pobre 2/5 en el tiro de dos y hasta tres pérdidas. Tuvieron la suerte en el Capital del Turia de que el omnipotente Dubljevic acabase bien acompañado por el mencionado Sastre, el buen ojo de Van Rossom -otro pilar fundamental contra los de Stoudemire- con seis asistencias y el tino en momentos fundamentales de Romain Sato.

No cabe desesperar. Sólo hay dos días hasta que los 55 valientes se unan a los 10.000 del Carpena para empujar. Dos días, no obstante, de margen para que el jugador franquicia del Unicaja se ponga a tono. Este comienzo de guión ya se había escrito, está por ver si el final es calcado. Bien por los de Plaza si así es, porque Nemanja Nedovic valoró -1 en el primer partido contra el Bayern y -2 en Krasnodar. Y días más tarde acabó estallando para liderar al equipo hacia esta ansiada final. Ayer tocó firmar cuatro de valoración tras perder dos balones y provocar sólo una falta. El último mes ha mostrado un equipo que sabe levantarse con celeridad para voltear el siguiente golpe. Nedovic, el que más.

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