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Un hueso, un reto

  • El Unicaja necesita vencer y convencer ante su bestia negra

  • Los de Casadevall llevan cinco victorias en los últimos seis encuentros en casa

Lafayette y Bellas pugnan por un balón en el choque de la primera vuelta disputado en el Carpena.

Lafayette y Bellas pugnan por un balón en el choque de la primera vuelta disputado en el Carpena. / jorge zapata / efe

La última y decepcionante derrota en Eurocup tuvo su agravante para el aficionado cajista cuando recordó que hoy tocaba visitar al Tecnyconta Zaragoza, el CAI de toda la vida. Un disfraz en forma de patrocinador para un club que hurga en la herida del Unicaja cada vez que puede. No obstante, los zaragozanos mojaron la oreja cajista en ocho de las últimas diez ocasiones. La última, en el choque de la ida en el Carpena.

Así las cosas, el Unicaja tiene en la matinal de hoy (12:30, Pabellón Príncipe Felipe) un enorme reto, lleno de aristas y de conclusiones muy distantes en función del resultado. La victoria, necesaria en plena carrera por alcanzar la Copa en el mejor estado posible, serviría como acicate para la plantilla. También para la afición, que terminó en shock el choque ante el Valencia. Plaza, desde el banquillo, también necesita reconfortar su relación con esa parte del cajismo que le silbó el pasado miércoles.

Una derrota, por tanto, no haría sino reforzar la idea de que a este equipo le falta algún que otro hervor. Para evitar un nuevo varapalo, el Unicaja tendrá que asaltar una cancha en la que sólo el Barcelona ha sido capaz de rascar un triunfo en los últimos seis choques. UCAM, Fuenlabrada, Iberostar, Andorra y Manresa sí que mordieron el polvo en un Príncipe Felipe que es el auténtico sostén de este Tecnyconta que sólo fue capaz de ganar a domicilio, precisamente, en el Martín Carpena.

De aquel encuentro se recuerda que fueron Fotu, Jelovac y Gecevicius los que marcaron la diferencia. Tres meses y medio después, esta terna forma parte de los cuatro máximos anotadores del Tecnyconta. Se les suma Benzing, que le hizo 20 tantos al Barcelona o 15 al Manresa en el último compromiso de los de Casadevall. Nombres, en su gran mayoría, de infausto recuerdo para el aficionado más cortoplacista.

Debutará Omic, del que se espera mucho más de lo que N'Diaye ha mostrado hasta la fecha. Necesita imperiosamente este Unicaja a alguien que aporte calidad mientras Musli está en el banco. Aun así, el choque parece destinado a decidirse desde el triple. De un lado, el Unicaja más triplista que se recuerda (es el mejor de la ACB desde la larga distancia). Por el otro, un Tecnyconta que el penúltimo equipo en acierto en el lanzamiento de tres puntos de toda la competición.

Ya avisó el capitán Suárez que para ganar en Zaragoza habrá que hacer "un grandísimo partido", el primero de una segunda vuelta en la que el Unicaja afrontará varias salidas contra los equipos de arriba. No hay que olvidar que, como ya dijo Plaza días atrás, su equipo se viste en modo play off. Cada triunfo vale un potosí, más si cabe echando un vistazo al atasco que hay desde la segunda a la octava plaza.

Necesita el Unicaja una consistencia que se viene reclamando desde hace semanas o incluso meses. La cita ante el Valencia hizo todavía mayor esta coyuntura. Una primera mitad de un nivel muy alto que se fue por el sumidero por un tercer cuarto indecente de los de Plaza. Cuando las luces se apagan en ataque, el equipo se descompone. Las buenas ideas se esfuman y dejan la faceta individual como la única solución para una plantilla carente de un director de orquesta. Sólo Alberto Díaz parece poner sentido a día de hoy al, por momentos, deslavazado juego de los hombres de Plaza.

No parece Zaragoza la mejor plaza para pasar de la enfermería a tomar la puerta grande, pero poco debe importar a un Unicaja ávido de un impulso que le cambie la cara. Buen día para medir el temperamento y la ganas de redención de la plantilla. Al fondo está la Copa, aunque lo más reciente deja la cita de Vitoria en un lógico segundo plano. Hasta entonces, más de una piedra a sortear para que el cajismo recupere una ilusión venida a menos. La primera roca, y de qué tamaño, se llama Zaragoza y quiere continuar siendo una pesadilla.

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