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El retrato de la Euroliga

  • El Unicaja certifica su eliminación matemática de la competición tras perder en Bambergal Horrible primer tiempo corregido con un buen segundo

  • Nedovic (26 puntos) volvió a brillar

La Euroliga, competitivamente, acabó para el Unicaja en la Freak City, la universitaria Bamberga. Perdió 93-88, en lo que fue un retrato-resumen de lo que ha sido la temporada europea del equipo malagueño. Se mueve el análisis entre la satisfacción y la frustración. Ha dado la cara y competido, salvo alguna excepción, casi siempre el Unicaja ante la crema continental. Lo hizo ayer en Baviera tras un primer tiempo bastante malo. Tuvo orgullo para no tirar el partido tras caer por 17 puntos y a falta de 3.3 segundos tenía bola para empatar. Se le escurrió a Waczynski el balón cuando se levantaba para lanzar un triple. Una constante en finales apretados, cuando la pizarra o calidad se debe imponer. No surtió.

El listón lo pone cada cual donde estima, la exigencia y la ambición colisionan con la realidad. Se alaba la competitividad, pero se critica la resolución de los partidos. En 13 de los 28 partidos jugados el encuentro del Unicaja se ha decidido por cinco o menos puntos. Ha ganado cuatro de ellos y ha perdido nueve. Sólo un 30% de los encuentros se amarraron. Y ahí ha estado la Euroliga. Un porcentaje inverso tendría al Unicaja casi peleando por el factor cancha y metido en el Top 8. No ha desmerecido casi a ningún equipo de la competición el cuadro de Joan Plaza, pero es inevitable ese desencanto por haber perdido tanto estando tan cerca.

La imagen que queda es ésa, la que se vio ayer. Un equipo que no baja la cabeza, con un juego mejorable y algunos problemas en estático, como al final del partido, que compite con cualquiera cuando su defensa es de alto nivel. Encomendado a Nedovic ofensivamente, en un duelo al sol con Ricky Hickman, un spartan de la universidad de Greensboro de Francis Alonso. 28 puntos metió el americano, la mitad de tiros libres, y 26 el serbio, con unos excelentes porcentajes de tiro.

El Unicaja se sobrepuso a un primer tiempo por momentos horrible. Salió sin tensión defensiva, a verlas venir, y ello permitió al Bamberg coger confianza y tener bastante tino en el lanzamiento. Se marchó al descanso bordeando el 70% de acierto en el tiro de campo el cuadro alemán. No son las señas de identidad de un Unicaja, que así es un equipo vulgar. En esencia, lo que se vio la primera mitad. Tuvo un poco más de seriedad con Alberto Díaz en pista. También con las chispitas ofensivas de Nedovic, con alguna canasta de calidad.

Tras el descanso se vio la mejor versión del Unicaja, más acorde a su temporada en Euroliga. Si la diferencia llegó a ser de 17 puntos, ahora se estabilizó en torno a los 10. Fallaba el equipo malagueño cuando se proponía colocarse a dos canastas de distancia, no encadenaba varias secuencias buenas en los dos aros. Sí lo consiguió Nedovic, tras dos canastas de etiqueta (80-78). La defensa consiguió reducir el porcentaje rival. También ofreció buenos minutos Viny Okouo, demostrando que puede tener un hueco. Tiene 20 años el congoleño y aún mucho que demostrar, pero se puede contar con él para el futuro. También notable encuentro de Alberto Díaz. Ha sufrido en esta Euroliga del máximo nivel, pero ha crecido como jugador. Robó un balón a Hickman que permitió colocar al Unicaja a sólo un punto a 30 segundos (87-86). Wright castigó desde la esquina, McCallum metió de dos y Hackett falló un tiro libre. Y a Waczynski se le fue el balón cuando se levantaba para empatar. Una metáfora de la Euroliga del Unicaja. El casi, el uy...

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