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Cada vez más cerca

  • Un Unicaja muy serio y combativo domina tres cuartos al Valencia pero falla con el estoque

  • Oportunidad perdida, pero sensación de que es posible

  • Faltó acierto en el cuarto final

Fogg bota el balón ante Vives

Fogg bota el balón ante Vives / Efe (Valencia)

Se mezclan la sensación amarga de que se ha ido una oportunidad que quizá no vuelva y la dulce de que el Unicaja, palmo a palmo, va recortando distancias con el Valencia Básket. Siete derrotas consecutivas, cinco esta temporada, ante el mismo equipo pueden desmoralizar. Pero ese acercamiento también puede propiciar la real percepción de ese muro que hay que saltar aunque cause sangre, parafraseando a Joan Plaza en la previa. El planteamiento del técnico catalán fue ejecutado a la perfección por sus hombres, que dominaron tres cuartos del partido. Desde el minuto 2 al 29 no hubo ninguna ventaja valenciana. Fue continuo, abnegado, sólido el Unicaja. Incluso con miembros del fondo del banquillo, casos de Viny Okouo y Oliver Lafayette, protagonistas inesperados. Síntoma de cuántos jugadores estuvieron enchufados es que los 11 jugadores que empleó Plaza al menos sumaron tres puntos.

La diferencia quizá hay que encontrarla en los cracks de cada equipo. Dubljevic decidió el partido con dos triples para sumar 14 puntos y ocho rebotes (24 de valoración). Nedovic empezó como un tiro, con cinco puntos y sin rastro aparente de dolencias en el pie. Pero tras salir por primera vez no volvió a ser el mismo. La ausencia de un Nedovic brillante se notó en el último cuarto, cuando la defensa de Valencia obligaba y no existía en la pista ese talento para desbordar y crear en el uno contra uno. Plaza se entregó a Smith, que tampoco estuvo fino. De hecho firmó un horrible 1/9 en tiros de campo. Conociendo a Nedovic, seguro que masculla un partido grande el viernes. En las series anteriores se ha demostrado que su producción ha ido in crescendo conforme pasaban los partidos.

Fue un partido físico pero en el que, paradójicamente, sólo lanzó siete tiros libres el Valencia y dos el Unicaja. El arbitraje continental permite más el contacto que la ACB y los dos equipos se adaptaron. Empezó pegando el equipo malagueño, con las ideas muy claras, para mandar 7-17, con canasta de un Brooks que en los partidos de verdad ofrece una versión cercana a la mejor, tiene una fiabilidad alta. La reacción valenciana llegó de manos de Joan Sastre, al que Joan Plaza hiciera debutar en la ACB con 18 años. Con 25, se lo encontró enfrente y el mallorquín levantó a su equipo con dos triples, cada día con más peso y más jerarquía.

Las bajas sensibles de cada equipo se notan. Diot es un base potente y físico, Kravtsov un fornido jugador bajo los aros y Dejan Musli la pieza sobre la que gira buena parte del entramado del ataque estático cajista. Sin él hay más dependencia exterior. Durante varios tramos el Unicaja palió con buenas circulaciones y con el colchón defensivo esa tara. Pero más tarde fue encasquillándose todo. 20-20 tras el primer cuarto y 35-35 tras el segundo. Las sensaciones que desprendía el partido decían que el Unicaja había dominado más pero que no se había hecho con las riendas en el marcador. El primer y segundo cuarto se habían cerrado con sendos parciales de 13-3 y 9-0 para el Valencia Básket. Dos ventajas de 10 y nueve puntos se habían evaporado.

Había dosificado Plaza, con las ideas claras y con arrojo para darle minutos a un jugador que se daba por perdido, Lafayette, y a un joven de 19 años que ofreció su mejor versión justo en el partido más exigente. Se vieron grandes minutos de Viny Okouo, que impuso en defensa, reboteó cuando lo pidió el guión e incluso metió cinco puntos con un tiro libre y dos continuaciones. Tuvo un par de momentos, otra vez, el Unicaja para irse (40-44), con el único triple de Jamar Smith. Pero el Valencia tiene una línea de flotación muy estable, con jugadores experimentados. Se notaba cierta ansiedad en jugadores como Sikma, inusualmente desacertado, pero tiene variedad Pedro Martínez. Dos triples de Sato y Thomas al final del tercer cuarto daban la primera ventaja (50-48) desde el 1-0 al Valencia.

Quedaban 10 minutos. Dos canastas de Viny fueron el único bagaje hasta la mitad de cuarto. Y el Valencia se sentía con confianza, con Oriola encadenando puntos para una diferencia que parecía definitiva (60-52), dada la escasez de puntos. Pero fue orgulloso y tenaz el Unicaja. Un triple en carrera de Dani Díez, después otro de Fogg y una canasta de Jeff Brooks colocaron a tiro (65-62) a medio minuto. Ahí emergió Dubljevic, el jugador taronja más desequilibrante. Metió un triple desde la esquina y laminó las últimas opciones de un admirable Unicaja. El vaso está medio lleno. Cada día el Valencia está más cerca. Hay que derramarlo el viernes en el Martín Carpena.

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