paladar

Una mezcla entre lo elegante y lo contemporáneo

  • Las elaboraciones que ofrece el chef Quique Dacosta en el restaurante El Poblet, en Valencia, destacan por su creatividad

Quique Dacosta.

Quique Dacosta. / M.G.

En la calle Correos de Valencia un portón blanco destaca sobre los demás. Al verlo llama la atención y hace presentir que dentro hay algo especial. Y así es. Se trata de El Poblet, uno de los restaurantes del prestigioso chef Quique Dacosta. Tras pasar la puerta se suben unas escaleras por las que se va intuyendo la decoración del restaurante. Se trata de una decoración de estilo francés, clásica y con algún toque de modernidad que invita a sentirse muy bien recibido. Al llegar arriba el ambiente de tranquilidad y bienestar y la amabilidad de las personas que trabajan en el restaurante ayuda a dejar atrás el mundo exterior y sumergirte en toda una experiencia gastronómica que tiene lugar o bien en una elegante sala principal o en salones privados idóneos para la intimidad que requieren las ocasiones especiales.

Hay a quienes los precios de estos lugares le parecen excesivos, pero hay que aprender a tomárselo como algo más que una comida o una cena. Se trata de toda una experiencia gastronómica que va mucho más allá y que no defraudará a los amantes de la gastronomía que se lo puedan permitir. Solo con ver la vajilla que se utiliza para la presentación de cada plato, los elementos que decoran cada presentación, el trabajo que conlleva cada una de las elaboraciones, la creatividad y la imaginación, lo de menos es si lo que vas a comer está o no entre tus alimentos preferidos. Al ver el plato en la mesa, acompañado de la explicación de los camareros ofrecen sobre cómo está elaborado o cómo hay que comérselo entran ganas de probarlo todo. Hay diferentes menús, de diferentes temáticas, precios y cantidades. Pero si algo tienen en común es que están compuestos por elaboraciones de lo más creativas. Porque si algo caracteriza a Dacosta, poseedor de tres estrellas Michelín, es la creatividad. Algunos de los platos más sorprendentes son la nieve de tomate, elaborada con tomates de diferentes sabores y diferentes texturas; la gallina de los huevos de oro, un huevo acompañado de un exquisito caldo y oro en polvo; piedras de parmesano, que en el plato se confunden con piedras reales; o la hoja de shiso con costilla de cerdo. Para el postre sorprende entre otros con un yogur con helado de violeta que lejos de empalagar lo que consigue es refrescar tras una intensa comida. Todo esto acompañado de los mejores vinos. Y para el café o las infusiones finales no pueden faltar dulces y bombones que ponen el punto final a una velada repleta de sorpresas y buen gusto.

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