Muchas veces el conocimiento de la historia, de las ciencias sociales, de la arquitectura o del arte está más cerca para los escolares de lo que ven en sus libros. El Teatro Romano de Málaga, su Alcazaba, los Dólmenes de Antequera o el Puente Nuevo de Ronda explican sobre el terreno aspectos básicos del desarrollo de un territorio desde sus primeros pobladores. Además, su estudio resulta esencial para que los escolares valoren su riqueza más propia. De ahí que la Junta de Andalucía crease el programa Vivir y sentir el Patrimonio, en el que participan este curso 36 centros, 10.400 alumnos y 740 docentes de la provincia malagueña. Ayer, los responsables del programa asistieron a una jornada de formación en las instalaciones del Museo de Málaga organizadas por el Centro del Profesorado y el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes.

El acto inaugural estuvo presidido por la delegada territorial de Educación, Patricia Alba, la directora del Museo, María Morente y el jefe del Servicio de Ordenación Educativa de la Delegación Territorial de Educación, David Márquez. Patricia Alba, por su parte, destacó la labor del profesorado "que promueve entre el alumnado el disfrute, el conocimiento y la comprensión de los valores de los bienes culturales asociados a nuestro patrimonio". Asimismo, recordó que la Consejería de Educación ha declarado recientemente los IES Pedro Espinosa de Antequera, Luis Barahona de Soto de Archidona, y Nuestra Señora de la Victoria y Vicente Espinel de la capital como Institutos Históricos Educativos de Andalucía, "un reconocimiento que no hace más que poner de manifiesto que forman parte destacada del patrimonio educativo de nuestra provincia". Los centros participantes en el programa desarrollan proyectos que han de tener un carácter innovador y exploran la aplicación de todas las posibilidades que brindan las webs 2.0 y 3.0.