El sol y la playa. Como no podía ser de otra manera esa es la idea más repetida entre los 18 chicos que han llegado a Málaga este verano procedentes de la fría Bielorrusia. Ayer fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde, Francisco de la Torre, que les dio la bienvenida a una ciudad en la que pasarán los próximos dos meses. Los niños proceden de las regiones de Rechissa y Gomel, que se encuentran a 50 kilómetros de la planta nuclear de Chernóbil. La iniciativa del viaje es alejar a los chicos durante una temporada de la zona, para así rebajar los niveles de radiación nuclear en sus organismos.

La acogida de los infantes, 15 en Málaga capital y 3 en el resto de la provincia, se realiza gracias a la asociación 'La sonrisa de un niño', que entre sus funciones está la de encontrar familias de acogida para los niños. Su presidenta, Estebina Martos, dijo que son necesarias más familias voluntarias, porque hay una larga lista de espera de niños en Bielorrusia que desean pasar sus vacaciones en Málaga.

Otros países de Europa también están colaborando en la acogida de niños que viven en un entorno contaminado como el de sus regiones natales. Uno de los más veteranos del grupo que se asienta en Málaga es Vitaly, que lleva viniendo ocho años a la capital. Este año su hermana pequeña ha venido con él, para que el joven continúe teniendo relación con su familia de acogida y seguir viniendo cuando llegue al límite de edad para ser acogido a través del programa oficial. Uno de los amigos españoles de los chicos bielorrusos, Antonio, señaló lo bien que se adaptan a la vida y cultura española los pequeños procedentes de Europa del este.