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El caminar hacia la Victoria

  • Sesenta imágenes marianas quedaron expuestas al culto en una jornada de alta afluencia en los templos

  • La Magna congregará a miles de personas en torno a las diez Vírgenes

Frente al tibio silencio que, en las madrugadas de montaje, los cofrades escriben antes de un acto relevante, Málaga se despertó con la misma avidez que en otras ocasiones para honrar a Santa María de la Victoria a través de los múltiples besamanos a al resto de advocaciones. Los aniversarios de la Patrona se convirtieron en punto de encuentro entre los muchos carismas de las hermandades de Pasión y Gloria. Los templos abrieron sus puertas por la mañana para que cientos de fieles pudiesen presentarse ante los altares efímeros y dedicar rezos, oraciones y súplicas a las más de 60 advocaciones repartidas por toda la ciudad.

La Catedral fue el primer foco de atención para quienes querían repetir con la Virgen de la Victoria, cuyo besamano sorprendió a fieles que demandan esta oportunidad más a menudo, dejando atrás el besacinta que, en los últimos años, se ha realizado. Los recuerdos de la hermandad y las estampas se agotaban mientras se demandaban itinerarios y guías para no perderse los detalles de la Magna de hoy. En el resto de templos se vivió un ambiente de alta presencia familiar, tanto por la mañana como durante toda la tarde, aumentando el número de visitantes cuando la sombra comenzó a caer. Desde La Victoria al Perchel, pasando por Cruz del Humilladero y El Palo, todos los barrios ponían a su disposición a las advocaciones marianas. Una gran mayoría dispuso cultos con exquisita brillantez y numerosas referencias a la Patrona, en pequeñas imágenes o cuadros para tenerla presente.

En la parroquia de los Santos Mártires fueron seis las imágenes que quedaron al culto: Concepción, La O, Paz, Remedios, Carmen y la Virgen de la Oliva. El céntrico templo fue uno de los que mayor afluencia tuvo a lo largo del día, mientras en la vecina iglesia del Santo Cristo de la Salud el ambiente contaba con presencia de turistas ávidos de información. Cámara en mano, se disponían a dar rienda suelta a las tarjetas para captar un momento único que, en algunos casos, contaba con la explicación de malagueños con buena voluntad para intentar expresar lo más difícil: qué mueve a realizar una jornada de veneración. En la basílica de la Victoria, las hermandades de Humildad, Monte Calvario y Amor aunaron esfuerzos para crear un tríptico donde tener presente a la Patrona. Los besamanos consiguen que se conviertan en la jornada internacional de las estampas para los coleccionistas y cofrades. La demanda, a veces, venía acompañada del beso y, en otras ocasiones, apenas en una petición y posterior agradecimiento.

En Capuchinos, mayo se entiende ya en clave de María Auxiliadora. Junto a la recién restaurada parroquia de la Divina Pastora, que estuvo llena de público, los colores celeste y rosa llenaban balcones de calles por donde pasará la procesión, a la ida o a la vuelta. Un ambiente similar respiraba la iglesia de San Pablo, donde la Virgen de la Trinidad salió de noche para llegar hasta su casa hermandad y participar hoy en la Magna procesión, con los mantones y colchas preparados haciendo de firmes reposteros.

Mientras, las casas hermandad de las cofradías que hoy participan se convirtieron en espacio de peregrinación para visitantes: desde Sevilla a Palma de Mallorca, muchos se presentaban ante Soledad, Dolores del Puente o Esperanza para conocer las imágenes un poco más de cerca. Los hermanos, lejos de excusar el cansancio o el agobio, se detenían para explicar a foráneos cada detalle y presentar a su Virgen en el particular reinado del recogimiento. El día más señalado ha llegado y los honores son para la Victoria. Por su historia y legado de generaciones.

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