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Letras tempranas

  • SM publica una colección de clásicos, con once títulos hasta la fecha, destinados al lector juvenil

Leer no está de moda. Ni entre los jóvenes ni entre los adultos, no nos engañemos. Y si la lectura no se encuentra entre las preferencias actuales de los españoles, igual la realidad sería peor si en una hipotética encuesta se preguntara por los grandes clásicos de la literatura hispana. Leer, poco; a los clásicos, menos. Pero como quedarse de brazos cruzados conduce, generalmente, a nada, en la editorial SM empezaron a pensar hace un tiempo en cómo facilitar el acceso de los jóvenes a los títulos clásicos y capitales de las letras españolas. Así nació una colección de excelente corte visual y convincente contenido que cuenta ya con once títulos publicados y que trata de ir más allá de la riqueza que aporta ya de por sí cada uno de los textos.

Bodas de sangre, Rimas y leyendas, Tres sombreros de copa, La Regenta, El Quijote y Fuenteovejuna fueron los primeros títulos, a los que ahora se acaban de añadir otras cinco joyas literarias: Luces de Bohemia, Lazarillo de Tormes, La vida es sueño, La Celestina y El conde Lucanor.

Paloma Jover, responsable editorial del proyecto, explica a este periódico que desde SM se planteó hacer una colección de obras clásicas que fuera "diferente" a lo que actualmente se puede encontrar en las librerías. El objetivo era dar con un producto que interesara a los profesores y a los jóvenes, pero también a los adultos ajenos al panorama educativo y que se pudieran sentir atraídos por este tipo de lectura.

Pero como se trata de enganchar, preferentemente, a los estudiantes a partir de los 14 años, los libros buscan primero un impacto visual muy directo. Y a fe que lo consigue. Las excelentes ilustraciones de portada del catalán Magoz, premiado por algunas de ellas, se completan con un efecto colorista que empapa cada tomo. Los contenidos de los libros se estructuran de manera que se facilita el estudio y la comprensión de los textos. Porque estos clásicos no se ofrecen solos. Casi como en cualquier edición crítica que se precie, cada libro arranca con una introducción, también muy visual, que lo sitúa en su contexto histórico y cultural; un sencillo pero esencial recorrido por la vida del autor; valiosas anotaciones que esclarecen el texto y que lo acompañan en su margen sin distraer necesariamente su lectura; unas actividades básicas en sus últimas páginas para comprobar que se ha entendido la obra -y que no persiguen convertirse en un examen al uso-, y una síntesis final que clausura cada tomo a modo de breves y sustanciosas píldoras bajo el título En pocas palabras.

En esta colección de clásicos, algunos textos son íntegramente los originales mientras que en otros la editorial se ha decantado por realizar adaptaciones para facilitar su lectura. La excesiva longitud de algunas obras o su lenguaje han sido los criterios para dividir los libros en estos dos grupos. Así, son clásicos originales Bodas de sangre, Rimas y leyendas y Tres sombreros de copa; y se han adaptado joyas literarias como La Regenta, El Quijote y Fuenteovejuna.

La colección, como se puede comprobar, se ha diseñado de manera que tengan cabida tres géneros literarios: novela, poesía y teatro. Además, el concepto de clásico no se ha limitado a obras del Siglo de Oro o del también fructífero siglo XIX, sino que se toman por tales, con todo merecimiento, obras capitales del siglo XX, sobre todo las relacionadas con la dramaturgia. Y aquí destaca la elección de Tres sombreros de copa, una deliciosa comedia de Miguel Mihura que es, al mismo tiempo, una referencia en el género.

A las dos primeras tandas de títulos de esta colección, Paloma Jover explica que seguirán otros y que la intención es incorporar obras de la literatura universal. Esta ampliación nominal tiene, entre otros, a Shakespeare como autor prácticamente obligado y cuya dramaturgia puede que aparezca en el horizonte editorial de SM en los próximos lanzamientos.

Entiende la responsable del proyecto que uno de los objetivos de esta colección, además de acercar a los jóvenes a las lecturas de siempre y, de paso, ayudarles académicamente, es "demostrar la vigencia de los clásicos, descubrir que en esos textos están nuestras raíces, que hoy no nos entenderíamos sin estas historias".

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