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Remedios recibe el otoño con esencias de Gloria

  • La procesión destacó por un recorrido más amplio y en un entorno recogido

  • El trono estrenó la culminación de la talla en la peana

La Virgen de los Remedios avanza por la plaza de Uncibay.

La Virgen de los Remedios avanza por la plaza de Uncibay. / j. l. p.

La hermandad de los Remedios puso ayer el broche de oro a un fin de semana marcado por el procesionismo en la ciudad. La parroquia de los Santos Mártires, que unas horas antes había acogido al Señor de la Columna a su regreso tras la extraordinaria, era de nuevo testigo de excepción ante un público familiar y cofrade.

Tras salvar el dintel de la puerta del templo, la Unión Musical Maestro Eloy García comenzaba a interpretar marchas de corte glorioso en el estreno de Luis Manuel Gómez Pozo al frente de la corporación. El cortejo supo mantener el tipo y la solemnidad que caracterizan a la procesión de los Remedios cada año.

A su paso por la plaza del Marqués del Vado del Maestre -Mitjana, en el argot malagueño- el público se apartó para evitar que el líquido anticera no les manchase ni pudiese producirle resbalones. En este enclave, a los sones de la marcha Triunfal, se pudo contemplar el dorado de los arbotantes traseros y el moldurón del trono, gracias a Alberto Berdugo, que veía finalizada su peana en la fase de talla, en un trabajo único realizado por Manuel Toledano.

El cortejo remontaría hasta calle Álamos para dirigir sus pasos a Carretería y la plaza de San Francisco. Allí sonaría La coronación del Rocío que, junto con Reina de San Agustín, serían las dos nuevas incorporaciones de la banda. El recogimiento de las calles que circundan la antigua muralla y la elegancia del cortejo convierten a los Remedios en una cita imprescindible que se repite cada año en el mes de septiembre.

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