En plena década de los 60, coincidiendo con el boom turístico de la Costa del Sol, mientras los nuevos establecimientos hoteleros iban creciendo de una manera vertiginosa y la demanda de profesionales especializados en las áreas de hostelería y restauración crecía a la par para atender a las legiones de visitantes que llegaban por primera vez al sur de España, los empresarios hoteleros de la ciudad decidieron adelantarse a los acontecimientos y sometieron al Ministerio de Trabajo la propuesta para la creación del primer hotel escuela de hostelería. En la primavera de 1967 se inauguró el primer centro de estas características en España, el hotel escuela San Nicolás, en pleno centro de Marbella, una institución tutelada por el Estado y financiada con fondos públicos que hoy cumple medio siglo de vida. "Partimos de cero porque aún no se había hecho nada parecido en España", explica Leonardo Llorente, quien fuera el primer director del centro en aquella época.

Apenas un curso después de su puesta en marcha, se iniciaron las gestiones para trasladar la labor formativa a un edificio más amplio y con más posibilidades de expansión, el hotel Bellamar, lo que ocurriría a finales del 69. A partir de ahí, el hotel escuela evolucionó rápidamente tras unas primeras experiencias hacia el modelo posteriormente consolidado. "Lo difícil pero también lo más gratificante fue ir a buscar a los alumnos", recuerda Llorente. Estos procedían de los pueblos de la Serranía de Ronda, numerosos jóvenes en paro a los que la agricultura no daba respuesta. "La actuación era puramente social, había que buscar gente que necesitase reciclaje y formación profesional para poder atender el turismo que empezaba a crecer en Marbella y en toda la Costa del Sol. Y esa fue la labor más gratificante a nivel moral que pudimos hacer", asegura.

El centro se instaló por primera vez en 1967 en el hotel San Nicolás, en pleno centro marbellí

El primer grupo de alumnos fue de 45 personas. La gran mayoría, por no decir en su totalidad, nunca había estado en un hotel ni en un restaurante. "Hubo que darles glicerina con limón para suavizar sus manos, enseñarles a comportarse limpiamente y todos los días había que pasar revista de uñas para que las llevaran limpias. Pero sobre todo enseñarles una profesión totalmente digna y especial como es la del turismo y la hostelería", comentó Llorente.

Fue en 1983 cuando, con un nuevo cambio de director, su nuevo responsable, Joaquín Zamora, ordenó abandonar la obra de un nuevo hotel escuela en Las Chapas y optó por la remodelación del Bellamar con la construcción de un nuevo edificio anexo al hotel, justo donde el centro imparte sus hoy clases.

La Escuela de Hostelería y Turismo Bellamar es, a día de hoy, uno de los que más especializades abarca. "Nosotros impartimos todas aquellas especialidades de todas aquellas profesiones que se desarrollan en un hotel, desde recepcionista hasta camareras de piso, gobernanta, animador turístico y un largo etcétera", señala Carmen Sánchez, su actual directora, quien no duda en afirmar que "hemos cubierto las ilusiones y las expectativas de más de 35.000 personas que han pasado por la escuela. Muchos de nuestros antiguos alumnos son hoy renombrados sumiller, importantes chefs, algunos de ellos galardonados con estrella Michelin, o incluso directores de grandes hoteles". En cuanto a la inserción laboral del centro esta roza el 75%.

Su labor en estos 50 años le llevó a ser merecedora del Premio Nacional al Mérito Hostelero en 1996. Asimismo, entre algunas de sus iniciativas más desconocidas, la escuela ha impulsado proyectos de cooperación internacional como la fundación del Hotel Escuela Andalucía de Maputo, en Mozambique, en el año 1983.