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La mejor herencia de la familia Boj

  • La donación de un matrimonio permite abrir un piso de acogida temporal para pacientes renales y familiares durante sus tratamientos

  • El inmueble está ubicado en la zona de Cristo de la Epidemia

La mejor herencia     de la familia Boj

La mejor herencia de la familia Boj

María de los Ángeles Montañez era de Melilla y padecía una enfermedad renal grave. Por su patología tuvo que venirse a Málaga. Junto con su marido, Juan Boj Ramírez, compró un piso por la zona de Cristo de la Epidemia. En su testamento, la mujer donó el inmueble a la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer). Su esposo respetó aquella decisión. Ahora esa vivienda servirá de piso de acogida temporal para los pacientes con patologías de riñón y sus familiares que deban desplazarse a Málaga para trasplantes o tratamientos y carezcan de recursos. Es la mejor herencia de la familia Boj. Los primeros usuarios llegarán en unos días. Será un matrimonio de Almería; una mujer que donará un riñón en vida a su marido.

"Estoy abrumada y emocionada", reconocía ayer la presidenta de Alcer, Josefa Gómez, al dar a conocer la iniciativa que beneficiará a pacientes y familiares de Ceuta, Melilla, Almería e incluso del interior de Málaga. Cuando enfermos renales con patologías graves tienen que afrontar tratamientos o trasplantes, las estancias en el Hospital Regional pueden durar una semana o varios meses. La situación es asumible por familias que viven relativamente cerca del centro sanitario. Pero no por aquellas que se desplazan desde otras provincias y a las que un alquiler y la comida puede costarle casi mil euros mensuales.

Juan Antonio Torres, coordinador de la Unidad de Trabajo Social del Hospital Regional, recordó que muchos de estos enfermos son "expulsados" del mercado laboral cuando se enfrentan a la diálisis o bien tienen pensiones muy bajas porque no han podido cotizar muchos años. Para Torres, iniciativas como la que ha puesto en marcha Alcer permitirá que los pacientes procedentes de sitios más alejados de la capital "no se institucionalicen" en el hospital.

La presidenta de Alcer hizo hincapié en que a una enfermedad renal grave en estos casos se suma "el esfuerzo físico y económico" de estar lejos de casa. Por eso, la asociación impulsó el piso de acogida. En la iniciativa también han colaborado la Fundación Unicaja y la Caja Rural de Granada -que han aportado fondos para la reforma del inmueble-, así como particulares que han donado los muebles.

El área de Nefrología del Regional, la Coordinación de Trasplantes, la Unidad de Trabajo Social del hospital y Alcer se han implicado de forma coordinada para que el proyecto sea una realidad. Y lo seguirán haciendo. Los trabajadores sociales del centro sanitario serán los encargados de aplicar los baremos para que accedan a este recurso los pacientes y familiares que carezcan de recursos.

El responsable de Enfermería del Regional, Cipriano Viñas, destacó la importancia de la iniciativa porque posibilitará a los enfermos vivir "en un barrio" antes y después de un trasplante renal; tras el alta, pero cuando todavía tienen que acudir con frecuencia a controles en el hospital. "Porque luego hay que bajar a la frutería y sin recursos como éste no está completo el proceso porque luego hay que normalizar la vida", concluyó. Un logro que será posible gracias a la herencia de la familia Boj.

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