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El reflejo azul de El Perchel

  • Huelin y La Malagueta suman esfuerzos en unas procesiones que congregaron a miles de fieles

El reflejo azul de El Perchel

El reflejo azul de El Perchel

Un silencio cómplice recorría las calles de El Perchel poco después de los primeros rayos del amanecer. El tiempo se aletarga entre lo poco que queda del histórico barrio pero, cada mes de julio, resucita durante unas horas al despuntar el día y también al terminarlo. La Virgen del Carmen, desde antes de los primeros repiques de campana en las espadañas de su templo, se convierte en anhelo de miles de devotos que en ella encuentran el consuelo de su clemencia como canta la tradicional Salve Marinera.

Con el traslado hasta la Catedral volvió a relucir calle Ancha, llena desde bien temprano de incondicionales a la cita. Pocos madrugones son tan esperados en la memoria colectiva cofrade de la ciudad. El barrio se traslada a la ciudad y deja huérfano el arrabal hasta que la noche invada sus calles con el calor de la tarde. Mientras, las voces entonaban plegarias a la patrona de los marineros y pescadores con el recuerdo de quienes, en su día, hicieron de El Perchel su casa frente al Mediterráneo. Frente a su medio de vida.

Con el calor apretando al sol, el cortejo alcanzó el centro histórico una hora más tarde para hacer retumbar las plegarias entre calle Fresca y Santa María. La Virgen del Carmen Coronada llegó a la Catedral para acceder por la puerta principal, reservada para honores episcopales y del Santísimo. Letanías y cantos marianos llegaron a las naves para celebrar la eucaristía que en su interior dirigió el primado malagueño. Al término, la Virgen volvió a la calle para reencontrarse con el inmenso azul con la melodía de la banda de música de La Paz, que interpretó Esperanza de Triana Coronada. Una vez dentro del recinto portuario, la formación comenzó con los sones de la Salve Marinera, detenida en un tímido cantar mientras la imagen avanzaba frente al público para enmarcarse en el edificio de la Autoridad, engalanado para la ocasión.

La jornada continuó hasta el momento del embarque con el tradicional besaescapulario en el altar efímero. La formación de cornetas y tambores del Carmen fue la que acompañó hasta el barco que trasladó a la Virgen hasta la bahía.

En su procesión marítima se produce el reencuentro con la Virgen de los submarinistas. El recuerdo a los fallecidos en el mar, conocidos y anónimos, con la ofrenda floral de ambas corporaciones sirve como fiel homenaje y tradición para que, tras bendecir las aguas, esa otra vida cobre sentido. En los ojos de la Virgen volvió a proyectarse el azul del agua para trasladarlo a El Perchel.

Dos horas después, la procesión arrancaba entre las columnas de entrada al Puerto. Era el momento de regresar al hogar, al corazón del barrio que aún suspiraba entre banderolas la llegada de la Virgen. Las corporaciones de Gloria y la hermandad de Misericordia, que estrenaba junta de gobierno, participaron del cortejo junto a la Marina, así como siete parejas de cirios, un número a superar obligatoriamente en los próximos años, máxime cuando la devoción a la Virgen del Carmen llena tantas calles.

Tras salir del territorio marítimo, con el contraluz del atardecer y entre fajines rojos y trajes de postín, la imagen de Navas-Parejo volvía a escuchar en los susurros del varal el canto de su pueblo y a encarar el centro de la ciudad, para rendir homenaje a quienes desde tiempo antes esperaron con paciencia y una tarrina de Casa Mira al paso por este enclave. Era el momento del retorno al barrio que la prestó para recibirla de nuevo en la noche.

Por su parte, la playa de La Malagueta fue escenario un año más de la salida de la Virgen del Carmen de los submarinistas. El coro La Alcazaba esperó en la orilla entre emocionados hermanos a la salida de la Virgen, que avanzó hasta el rompeolas alzada en su barco tras emerger de las profundidades de la bahía de Málaga. Allí se hermanó con una pequeña imagen que también se sumerge cada año en el agua para llegar a su trono procesional. La banda Trinidad Sinfónica acompañó a la talla hasta la parroquia de San Gabriel, donde se realizó una eucaristía previa a la vuelta al mar, donde se encontraría con la imagen perchelera.

Finalmente, el barrio de Huelin recibió a la Virgen del Carmen como la fiesta que desde San Patricio engalana su barrio y lo llena de señoras vestidas con sus mejores galas y jóvenes que, altavoz en mano, contrastan los sones de la agrupación musical San Lorenzo Mártir con lo más granado del género trap.

Acompañada de la pujante representación municipal en la carrera por la Casona del Parque, la imagen salió del interior del templo a los sones del Himno de Andalucía -con ausencia absoluta de canto en una composición con letra- y tras interpretar la banda de Zamarrilla en el interior del templo el Pescador de Hombres. La primera petalada llegó desde el rosetón de la propia iglesia para llevar el colorido de las flores a la orilla del mar, donde embarcaría un par de horas después para completar el ciclo de procesiones marineras.

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