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El algodón andaluz trata de hacer frente al bajo precio mundial

  • El valor de la fibra en el mercado internacional lleva varios años de continua bajada. La renovación de la autorización del tidiazurón, una prioridad para obtener calidad y competir.

El algodón andaluz se enfrenta a una situación mundial de bajada de precios de la fibra de algodón a nivel internacional que repercute directamente en el precio que perciben los agricultores, que a estas fechas estiman que puede estar este año en 0,39 euros por kilo de algodón en bruto, un precio menor que el del año pasado, que ya era bajo. Y es que la fibra de algodón (ya procesada) no ha parado de bajar en el mercado internacional por distintos motivos, desde la bajada de la demanda de china a la depreciación de la fibra de poliéster que le quita mercado. Y junto a este contexto, los algodoneros se enfrentan a otro problema: las dificultades para poder tratar sus plantaciones con tidiazurón, un desfoliante que les es necesario para lograr algodón de calidad y que puede ser que este año no esté en el mercado.

El sector del algodón -productores y desmotadoras- ha dado un paso al frente esta semana para hacer causa común ante estos problemas, con una interprofesional que les permita defender sus intereses y promocionar de forma diferenciada la calidad de l algodón andaluz.

Bajo las premisas generales de la que será en el futuro la interprofesional del sector, subyace también la necesidad de hacer frente a otros problemas comunes imperiosos, como es el asunto del tidiazurón. Sin este producto, la calidad del algodón andaluz que se quiere promocionar puede disminuir y al mismo tiempo aumentarían los costes de producción. Ricardo Serra, presidente de Asaja Andalucía, algodonero y secretario de la asociación constituida por el sector, explica que el problema del tidiazurón es que actualmente no está autorizado porque nadie -es decir ninguna empresa comercial- ha acometido el proceso de renovar su autorización desde que expiró su patente, lo que le ha convertido en un genérico que provoca escaso interés en las casas comerciales. En definitiva, nadie está interesado en acometer el proceso que es caro, de "alrededor de un millón y medio de euros", según Serra. Miguel López, secretario general de COAG Andalucía, y vicepresidente de la Asociación, reconoce que dar un empujón a la autorización de este desfoliante es uno de los motivos que han aunado al sector, aunque no el único.

Al igual que Serra, López es un defensor a ultranza del tidiazurón, que permite a los agricultores adelantar la cosecha y que -al contrario que otros productos en el mercado- seca la hoja de la planta de forma progresiva, "sin quemarla", con lo que las capsulas se siguen desarrollando y se logra una fibra de más calidad que alcanza y supera los 28 milímetros que se demandan.

En definitiva, desde que expiró la patente, el Ministerio lo ha venido autorizando de forma excepcional, pero ya el año pasado costó conseguirlo y este año los algodoneros no tienen nada claro que vaya a hacerlo, por lo que están dispuestos a tratar con la farmacéutico Bayer, que es quien tenía la patente, para ver la forma en que se pueda decidir a pedir de nuevo su autorización.

En paralelo, el sector se encuentra frente a un mercado mundial en el que la fibra de algodón se ha depreciado mucho en los últimos años. En marzo de 2011 cotizaba a 1,64 euros por libra de fibra, en diciembre del año pasado a 0,65 y actualmente a 0,60. Esta depreciación no le ha servido al algodón, si embargo, para ser más competitivo frente a las fibras de poliéster, puesto que estas se han depreciado aún más.

Ante este panorama, Miguel López dice que el sector andaluz tiene que tratar de desvincularse de esta "vorágine de precios" y poner en valor los factores que le diferencian del algodón que se produce en otras zonas del mundo: está libre de transgénicos, es un cultivo muy social que se siembra en parcelas pequeñas con todo el respeto a los derechos humanos -frente a otros países que usan mano de obra infantil en la recolección- y es muy respetuoso con el medio ambiente. En definitiva, piensa que son valores por el que "muchos consumidores apuestan".

En cualquier caso, el sector está dispuesto a defender el valor del algodón andaluz, el más importante de Europa después del de Grecia, y que -como resalta un reciente estudio del departamento de Agricultura de EEUU (USDA) sobre la producción del algodón en España- es un cultivo "crítico" desde el punto de vista social, medioambiental y económico en las zonas donde se produce, entre otras razones por la "falta de alternativas al mismo". El informe de USDA estima que habrá unas 65.000 hectáreas este año y que se alcanzarán las 175.000 toneladas, con un promedio de casi 2.700 kilos por hectárea. Respecto al destino de la fibra que sale de las siete desmotadoras en activo, este informe dice que principalmente serán los países UE -sobre todo Italia, Portugal, Francia y Alemania- y Marruecos, mercados que representan el 60% de nuestras exportaciones.

A nivel mundial, la superficie de algodón aumentará un 1% hasta 31,3 millones de hectáreas, y el consumo se mantendrá estable, según proyecta el Comité Consultivo Internacional del Algodón (ICAC). La producción mundial subirá un 4%, hasta situarse cerca de los 23 millones de toneladas. Sobre India, prevé un alza de la superficie del 4%, lo que podría significar una producción de 6,5 millones de toneladas. En China, el cultivo se contraerá el 10%, y la cosecha disminuirá a 4,6 millones de toneladas. EEUU sembrará 3,3 millones de hectáreas, un 2% más. Pakistán se disparará hasta 2,1 millones de toneladas, un 35% más.

Respecto al consumo, el informe del ICAC destaca que después de haber disminuido un 2% en la campaña 2015/16, se prevé que se mantenga estable en 23,9 millones de toneladas, pese a que en China caerá la demanda un 5%. Por el contrario, el ICAC pronostica que el consumo de algodón en Vietnam se elevará el 16%, hasta 1,3 millones de toneladas, por lo que será el quinto mayor consumidor global. En Bangladesh, el sexto país más importante del mundo, podría aumentar en un 10 %, en la India un 4% y en Pakistán del 1%. Las existencias finales mundiales caerán este año el 5%.

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