Juan Sánchez Vargas. Responsable sectorial de Cooperativas Agroalimentarias

"Nos piden la calidad europea al precio del tomate chino"

  • La cooperativa Las Marismas se está planteando una ampliación para el tomate porque, con los precios que hay actualmente, éste aún es un cultivo rentable.

LA superficie sembrada sigue en aumento y es que el tomate para industria ha encontrado en el Bajo Guadalquivir, con Lebrija a la cabeza, y en la Vega, una zona ideal para este cultivo, que se beneficia de temperaturas suaves y tierras marismeñas. Así lo cuenta en esta entrevista Juan Sánchez Vargas, responsable del Grupo de Trabajo de tomate transformado de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía. En esta página, Sánchez Vargas deja constancia que ha sido Sevilla la primera zona que ha decidido apostar por este cultivo y mantiene que los agricultores cada vez están más especializados y, por tanto, ofrecen más y mejor producto. Sin embargo, no omite que la competencia en los mercados internacionales es dura, especialmente cuando la competencia es el tomate chino, por ello reclama el "impuesto social" para las producciones de los países que no cumplen con los derechos sociales y laborales de los trabajadores.

-¿Qué superficie se ha sembrado en esta campaña? ¿Están satisfechos o querrían haberla aumentado?

-Hemos sembrado 2.400 hectáreas, que es la capacidad máxima de nuestra fábrica si tenemos en cuenta una media de 100 toneladas/hectárea, aunque hemos aumentado 400 hectáreas la superficie de este año. Nuestra intención es incrementar, aunque la situación económica sabemos que es complicada, y el año no ha sido bueno. A pesar de ello, pretendemos elevar la capacidad hasta una superficie cultivable de 3.000 hectáreas.

-¿Cómo se está desarrollando el cultivo?

-Este año de forma diferente. La primera fase está afectada por las lluvias del mes de mayo. La segunda no sabemos cuándo se va a recolectar, pues el ciclo está atrasado por los factores climáticos.

-¿Qué previsión tiene de cosecha y de rendimiento?

-Unos 240 millones de kilos aproximadamente, una media de 100 toneladas/hectárea.

-¿Están satisfechos o esperaban mejores rendimientos?

-Esperábamos mejores rendimientos, ya que la media fue de 135 tn./ha. el año pasado. Eso en tomate supone mucho para el agricultor y la industria.

-¿Hasta cuánto estima que puede llegar el precio en origen?

-Se pagará entre 73 y 75 euros la tonelada de tomate fresco al agricultor.

-¿Qué le parece ese precio? ¿Correcto? ¿Es más o menos que en la campaña anterior?

-Es un poco inferior al de la campaña anterior puesto que el concentrado ha bajado un 40%, no obstante sigue siendo un precio interesante, si bien es verdad que con las lluvias de este año y la merma en la producción la rentabilidad se prevé menor.

-¿Por qué se va a llegar a ese precio? ¿Qué factores han intervenido?

-Porque hay excedente de concentrado en el mundo. Sobre todo, en China, que ha puesto el producto mucho más barato. Es un problema global, que afecta a todos. Cuando un país tiene excesos de stock baja los precios para poder vender.

-¿Con qué países tenemos que competir además de China?

-Fundamentalmente, China, pero también EEUU. El primero, por la precariedad de las condiciones laborales y la baja calidad del producto, fundamentalmente. El segundo, por las grandes extensiones de las explotaciones, si bien es cierto de que tampoco alcanzan nuestra calidad. Los demás países europeos tienen una producción por hectárea bastante más baja.

-¿Qué habría que hacer? ¿Qué piden a las autoridades?

-Con todos los cultivos que se producen en Europa, que los que se importen tengan las mismas condiciones en origen y en destino que el nuestro. Pedimos la misma calidad, los mismos controles sanitarios, que los países productores cumplan con una normativa laboral como la nuestra… Que se legisle el "impuesto social", una tasa que equipare el producto que viene de terceros países y que no respetan los derechos sociales. Esto además provocaría que dichos países se modernizaran en cuanto a lo que derechos laborales y sociales se refiere, respetando unas garantías mínimas para sus ciudadanos.

-Aún estando así las cosas, ¿cree que en la próxima campaña se sembrará más tomate? ¿Se pasarán más agricultores a ese cultivo?

-En nuestra cooperativa estamos al 100% de nuestra capacidad, aunque quisiéramos más no podríamos. En cualquier caso, se está planteando una ampliación, pues con los precios que hay, el tomate es de los pocos cultivos que generan algo de rentabilidad al agricultor.

-¿Hay novedades destacables respecto a las variedades que se han sembrado?

-Llevamos muchos años con esas variedades y se han comportado bien, a pesar de los factores climáticos de este año.

-¿Por qué se concentra en una misma zona, en este caso en la provincia de Sevilla, el grueso de la siembra de tomate para industria?

-Porque ha sido esta zona la primera que ha apostado por este cultivo. Además, a diferencia de otras zonas, las temperaturas son suaves, y la tierra de marisma es adecuada. También está el factor del agricultor, que hay que decir que se está especializando mucho en los cultivos hortícolas en general y el tomate en particular.

-¿Cómo se está comportando los mercado en las últimas campañas y qué esperan de la próxima comercialización?

-Muy desigual. Nos piden la calidad europea al precio del tomate chino, lo cual es imposible teniendo en cuenta los costes para la industria.

-¿A dónde va el tomate andaluz?

-En general a Europa, principalmente a España, Italia y Alemania. Además, también a países árabes, y países asiáticos como Japón.

-¿Y qué se hace con él?

-Salsas para pizzas, tomate frito para todo tipo de comidas, principalmente para pizzas. En cualquier caso, la elaboración de ketchup es el principal destino de nuestro producto. Aunque es una pena que todavía no podamos elaborar aquí en Andalucía esos productos con el empleo que podríamos generar.

-La producción de salsas, tales como el ketchup, no se queda en España. ¿Cree que será posible en un futuro cercano?

-Nosotros creemos que no solamente será posible, sino de que debe ser posible que ese valor añadido no vaya a otros países. Estoy convencido de que los políticos mirarán a los sectores que generan riqueza como éste, y que fomentarán la inversión apoyando al sector.

-Eso nos dejaría aquí el valor añadido, ¿no?

-Efectivamente, si se pusieran a trabajar en esa línea tendríamos una tierra con la riqueza que de verdad merecemos.

-La cooperativa Las Marismas empezó con algodón, ¿cuándo introdujo el tomate?

-En el año 1991 comenzamos con una pequeña fábrica cuya capacidad era de 600 toneladas diarias. Ahora, gracias al esfuerzo de sus socios y sus trabajadores dicha capacidad es de 5.000 toneladas al día.

-¿Cuántos socios tienen que se dedican al tomate?

-CML reúne a 586 socios de los cuales más del 60% se dedican al tomate.

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